seis años después de su primera recuperación y aterrizaje con éxito, SpaceX ha aterrizado un cohete Falcon por centésima vez.
lapatilla.com
El 21 de diciembre de 2015, el primer cohete Falcon 9 V1.2 Full Thrust (Block 1) despegó de la plataforma de lanzamiento LC-40 de SpaceX en Cabo Cañaveral, y lo hizo tras el catastrófico fallo en vuelo que sufrió la empresa hacía apenas seis meses, reseña Tesla Rati
Poco dispuesta a desperdiciar una oportunidad, por muy importante que sea la misión, SpaceX -además de estrenar una importante actualización del Falcon 9- decidió aprovechar la vuelta al vuelo para intentar aterrizar un cohete Falcon en tierra por primera vez.
Finalmente, además de desplegar con éxito múltiples satélites de comunicaciones Orbcomm OG2 en órbita para un cliente de pago, el cohete Falcon 9 B1019 superó sin problemas sus quemados de retroceso, reentrada y aterrizaje.
Unos nueve minutos después del despegue, el cohete aterrizó en una “zona de aterrizaje” de hormigón a pocos kilómetros de donde despegó con una facilidad extraordinaria en comparación con los numerosos intentos fallidos de SpaceX en los 18 meses anteriores.
Exactamente seis años después, el 21 de diciembre de 2021, el cohete Falcon 9 B1069 despegó desde la plataforma 39A del Kennedy Space Center (KSC) con un Cargo Dragon mejorado y probado en vuelo para la 24ª misión de reabastecimiento de la Estación Espacial Internacional (ISS) de SpaceX.
La misión CRS-24 también supuso el 31º y último lanzamiento de la compañía en 2021, lo que representa más lanzamientos del Falcon realizados con éxito en un solo año que los que SpaceX había intentado en sus nueve años de historia hasta el momento de aquel primer aterrizaje exitoso del cohete.
A diferencia del B1019 y de su angustioso lanzamiento y su primer intento de recuperación, los aterrizajes de los cohetes Falcon no solo son rutinarios, sino que se esperan. Para SpaceX, un lanzamiento sin aterrizaje -intencionadamente o por accidente- es ahora tan inusual que es prácticamente más noticioso que su alternativa. De los 57 lanzamientos que SpaceX ha completado en los últimos dos años, sólo 4 no incluyeron un aterrizaje exitoso del cohete, de los cuales sólo la pérdida de uno fue intencional.
El CRS-24 no fue diferente. Unos nueve minutos después del despegue, tras un ascenso, una separación de la etapa y un quemado de reentrada impecables, el Falcon 9 B1069 volvió a encender sus motores y aterrizó suavemente a bordo de la nave no tripulada Just Read The Instructions (JRTI).
Cualquier cosa menos que eso habría sido una rareza y una gran pérdida para SpaceX, dado que cuatro propulsores Falcon completos ya han soportado por sí solos nueve o más lanzamientos. La pérdida involuntaria de cualquier propulsor ya es difícil de digerir, pero es aún más dolorosa la pérdida de un nuevo propulsor que, de otro modo, podría haber reforzado la flota de SpaceX y haber soportado más de 10 lanzamientos en sólo uno o dos años.
Afortunadamente, B1069 no corrió la misma suerte y el cohete tiene ahora una larga y productiva vida de lanzamientos por delante. Con una sola misión de la NASA en su haber, el Falcon 9 es el principal candidato para lanzar la próxima misión privada de astronautas Axiom-1 de SpaceX, aunque podría servir fácilmente para cualquier otra misión del ejército estadounidense, la NASA, la Agencia Espacial Italiana (ASI) u otros clientes importantes.
Ya en órbita, la cápsula Dragon 2 C209, sin tripulación y con 3 toneladas de carga, se dirigirá a la ISS por segunda vez y se acoplará a la estación a las 4:30 am EDT (09:30 UTC) del miércoles 22 de diciembre. Será la segunda llegada de la cápsula a la estación espacial en poco más de seis meses.