Varios son los factores que implican tener que viajar por tierra desde la ciudad de Maturín hasta Caracas, entre ellas los pocos vuelos que ofrecen las dos únicas aerolíneas que operan en la capital monaguense. Pero también hay que sumarle la situación económica que impide a muchas personas poder adquirir un boleto aéreo.
Aunque en el terminal de pasajeros hay un considerable número de líneas de buses expresos, el servicio que prestan no es el más acorde. Desde hace varios años atrás, estas compañías de transporte masivo dejaron de viajar en las noches debido a inseguridad desatada en las carreteras, sin embargo, ir a la capital del país puede significar una travesía de al menos 12 horas.
Tal fue el caso de Gregory Pineda, quien hace un par de semanas atrás tuvo que viajar a Caracas para una reunión de trabajo. El joven debía salir un jueves, pero ya que ese día no hay vuelos, no le quedó otra opción que irse en bus. Compró su pasaje en una empresa que lleva el nombre de un mariscal de la patria, ya que era el primero en salir (7:00 am) y cuyo encargado le dijo que la unidad en la que viajaría tenía hasta wifi (nada cierto).
Cuando llegó al terminal, el encargado que lo atendió el día anterior le indicó que ya el bus se encontraba en el andén, le dijo que comprara la tasa de salida que en ese momento estaba en $1 (varía diariamente según el valor del petro).
Ya en el autobús, pudo escuchar que el chofer le decía a otra persona que no tenía suficiente gasoil y que las colas en las estaciones de servicio estaban largas. La unidad salió del puerto terrestre con 12 pasajeros, ni siquiera la mitad de su capacidad.
“Cuando salimos, poco antes de entrar a la autopista La Vinotinto, justo a la altura de San Vicente, el chofer retornó para echar gasoil. Ciertamente la cola estaba larga, pero habló con alguien de la bomba y le dijo que tenía pasajeros que iban a Caracas y le explicó la situación. Dejaron pasar al autobús y tuvimos que esperar como unos 20 minutos, luego de eso fue que salimos y ni pensábamos que sería la primera de muchas paradas”, contó Pineda.
Agregó que al llegar a Punta de Mata, entraron al terminal de esa ciudad y tuvieron que esperar cerca de 40 minutos para recoger más pasajeros. Al salir de allí, recorrieron varios kilómetros más hasta llegar a un sector llamado La Ceiba donde el chofer hizo otra parada, pues al parecer debía corregir una falla con la correa del motor. En ese lugar, afirmó que es como estar en medio de la nada ya que no hay señal telefónica de ninguna de las tres operadoras.
Eran más de las 11 de la mañana y aún no habían salido de Monagas, lo que le hizo suponer a Pineda que no llegaría a Caracas a las cuatro o cinco de la tarde como tenía pensado. Luego de esa parada, poco después del sector conocido como Comando 52 de la GNB, en El Tejero, hizo una breve parada, hasta que por fin continuó y no fue hasta casi las 4:00 de la tarde cuando el bus hizo la parada correspondiente para que los pasajeros “almorzaran”.
“Como sabrás, todo, absolutamente todo es excesivamente caro en esos restaurantes, por eso la mayoría de las personas llevan su comida envasada ya preparada y encima ese día no había sistema para pagar tarjeta sino solo efectivo”, dijo el joven.
Pasadas las seis de la tarde fue cuando llegaron al terminal de Oriente Antonio José de Sucre, pero como en la compañía donde trabaja le indicaron que se quedara en San Martín, siguió hasta llegar a uno de los terminales privados que funciona es esa zona poco después de las 7:00 de la noche.