El ritmo que venía registrando el crecimiento económico de Venezuela desde la segunda mitad de 2021 ha perdido fuerza en los últimos cuatro meses, según expertos, que señalan como evidencias de la desaceleración la devaluación de la moneda local -el bolívar-, el incremento de precios y la caída del consumo, al tiempo que ha aumentado el descontento en las calles.
El país, que perdió el 80% de su Producto Interno Bruto (PIB) en siete años, vio crecer su economía «por encima» del 15% en 2022 respecto a 2021, gracias a un cambio en las políticas económicas del Ejecutivo, que soltó los controles de cambio y de precios, permitió el uso del dólar y cesó sus ataques contra la empresa privada, explican los especialistas.
Pero esta mejora, que ha sido desigual, según informes económicos, ha decaído, principalmente, desde noviembre pasado, y con mayor intensidad a principios de este año, lo que ha dado lugar a más de 1.000 protestas documentadas por ONG que han protagonizado trabajadores públicos y pensionistas, quienes denuncian la «pérdida del poder adquisitivo».
León explicó que ha habido «un impacto inflacionario producido», en buena medida, «por la devaluación» del bolívar, que, desde noviembre hasta febrero, perdió un 64,8% de su valor frente al dólar, cuyo precio se incrementó, en ese período, un 184%, al subir de 8,57 bolívares a 24,36, lo que tuvo un impacto directo en los precios, fijados en la moneda estadounidense.
Señaló que también ha tenido un efecto inflacionario la aplicación, desde marzo del año pasado, del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), que grava con un 3% los pagos en monedas extranjeras y tiene un impacto en cada uno de los eslabones de la cadena productiva hasta que el producto llega al consumidor, cuyo precio, por este tributo, puede aumentar «de un 12% a un 15%».
Por consiguiente, los incrementos de precios, «si bien no logran ser, todavía, (propios de) un proceso hiperinflacionario», han sido «altísimos», y la población no ha tenido «ingresos equivalentes para seguir comprando lo mismo que estaba comprando previamente».
Por otra parte, el país sigue teniendo algunas «limitaciones» para su crecimiento, según León, fundamentalmente la insuficiente financiación y los problemas en la prestación de los servicios públicos, elementos que considera como los «grandes bloqueadores de la economía venezolana».
Sin embargo, pese a estos factores, los economistas mantienen en positivo sus estimaciones para este año, cuando, según Datanálisis, se espera que el PIB crezca, al menos, un 5% respecto a 2022, gracias al impacto de la reactivación de las operaciones de la estadounidense Chevron, cuyos efectos no se percibirán completamente «hasta el segundo semestre de este año», agregó León.
EFE
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