La militancia y el proselitismo político de efectivos de la Fuerza Armada Nacional es una realidad en Venezuela. Un problema grave que afecta la confianza en las instituciones y lesiona el estado de derecho.

Rocío San Miguel

Los lemas de carácter político partidista de la Fuerza Armada Nacional, los venimos denunciando desde el año 2005. La inscripción de militares activos en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), desde el 2009.

Los ascensos al grado inmediato superior, de militares que ejercen cargos de elección popular, desde el 2013. La postulación de militares en servicio activo, a cargos de elección popular, desde el 2017 y ahora en 2021 advertimos que la estructura está dispuesta para que militares activos y la milicia bolivariana “movilizada”, participen en las elecciones primarias del PSUV, interviniendo así en la selección de candidatos a gobernadores y alcaldes del partido de gobierno, de cara a las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre próximo en Venezuela.

Es lo que claramente se desprende de la base de datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), dispuesta en su página web para la consulta de los electores en el proceso de primarias del PSUV.

Los graves problemas institucionales que enfrenta el país exigen proponer y construir soluciones sectoriales y graduales. La partidización de la Fuerza Armada Nacional se inscribe en ese desafío.

¿Cómo se logra que militares activos y milicia bolivariana movilizada no participen en elecciones primarias de partidos políticos?

De la base de electores en las primarias del PSUV deben quedar excluidos todos los efectivos militares activos de la Fuerza Armada Nacional, quienes, al participar en las primarias convocadas por un partido político, se colocan al servicio de una parcialidad, en este caso, sirviendo a candidatos del PSUV para ser escogidos como candidatos en las elecciones regionales y municipales, lo cual está prohibido expresamente por la Constitución.