Para los trujillanos ir o llevar a sus familiares a una consulta médica ha pasado a un segundo plano o simplemente se ha convertido en un hecho imposible de realizar. Y es que, un ciudadano debe tener entre 20 y 30 dólares para cubrir solo el costo de una consulta privada, sin contar, por supuesto, el gasto de las medicinas que les pueden recetar, estudios y exámenes médicos.
La hiperinflación que actualmente existe en el país, ha hecho que las prioridades de las personas cambien. Llevar los alimentos a la mesa y mantener las despensas y la nevera llena se han convertido en la única y principal prioridad para las familias trujillanas.
Con un mísero salario que solo alcanza para comprar tres productos de primera necesidad, los ciudadanos deben buscar otras opciones para poder cubrir sus gastos médicos. Unos, recurren a la ayuda económica que les pueden brindar sus parientes en el exterior, otros van ahorrando “poco a poco”, mientras que la mayoría simplemente no pueden costearlos y se ven en la necesidad de pedir ayuda a través de las redes sociales o recurren a los hospitales y ambulatorios los cuales, lamentablemente hoy por hoy no están en las mejores condiciones.
“Para que lo atiendan a uno en un hospital o ambulatorio es imposible, no hay médicos, ni enfermeras y las condiciones en las que se encuentran estos centros es cada vez peor”, alegó Lisandro Linares, quien hace poco le diagnosticaron dos hernias en la pelvis y tiene que someterse a una operación.
Para los trujillanos, enfermarse o tener alguna emergencia médica es un gran riesgo pues, al no tener como cubrir los gastos que esto supone y al no contar con centros asistenciales públicos aptos el peligro de que su salud empeore es cada vez más preocupante.
“Uno va reuniendo poco a poco hasta tener lo que se necesita para ir al médico, pero en ese trayecto la condición de salud puede empeorar”, expresó Linares, quien tiene una gran lista de medicamentos e insumos que comprar para poder someterse a su cirugía.