Más de 93.000 personas murieron por sobredosis de drogas en EE.UU. en 2020, casi un 30 % más que el año anterior y la mayor cifra anual registrada hasta la fecha, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés).
En este sentido, se trata del “número más alto de muertes por sobredosis jamás registrado en un período de 12 meses, y el mayor aumento desde al menos 1999”, según aseguró la directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, en sus siglas en inglés), Nora Volkow, en un comunicado
Tras calificar de “escalofriantes” estas cifras, Volkow consideró además que la crisis sanitaria provocada por la pandemia ha influido en estos datos al provocar una “colisión devastadora” en Estados Unidos, el país con mayor número de muertos y hospitalizados del mundo.
De acuerdo a datos oficiales, la mayoría de las muertes por sobredosis de drogas se dieron por el “uso inadecuado” de opiáceos, que son altamente adictivos.
De hecho, las autoridades estadounidenses calculan que en las dos últimas décadas esta crisis ha matado a casi medio millón de personas en EE.UU.
En total, las muertes por sobredosis de opiáceos aumentaron en EE.UU. de 50.963 en 2019 a 69.710 en 2020.
El fentanilo, una droga sintética 100 veces más potente que la morfina, es el responsable de la mayor parte de muertes.
Las más de 50.000 muertes por opiáceos suponen un aumento del 100 % respecto a las cifras de hace una década, en lo que se califica como una auténtica “crisis” en el Informe Mundial sobre Drogas publicado por la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD).
Además del fentanilo, los fallecimientos por sobredosis también se dieron entre consumidores de psicoestimulantes, cocaína y opioides naturales y semisintéticos, como los analgésicos recetados, de acuerdo a datos de los CDC.
En las últimas semanas, los miembros de la familia Sackler, dueños de la farmacéutica Purdue, llegaron a un acuerdo de 4,5 millones de dólares con 15 estados, y la farmacéutica Johnson & Johnson (J&J) acordó pagar 230 millones de dólares al estado de Nueva York para resolver una demanda de la Fiscalía por su responsabilidad en la crisis de los opiáceos.
EFE