Los expertos en política consideran que la estrategia y la narrativa de la Unidad cojean “de una pata” por las diferencias internas y la falta de un comando estratégico unificado
Valentina Gil
Luego de que la oposición optó por la no participación en las elecciones presidenciales 2018 y las parlamentarias 2020, la esperanza de los votantes en las elecciones como herramienta de cambio disminuyó progresivamente. Entonces, para reconstruir la cercanía que alguna vez tuvo con el electorado, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hace énfasis en recordarles que no están solos en la lucha para salir de la crisis.
Las etiquetas #AquíEstamos y #NoMeRindoYVotoUnidad son recurrentes en las piezas de campaña que publica la coalición opositora en sus redes oficiales.
Venezuela nos necesita, y aquí estamos asumiendo esta lucha como siempre, de frente junto a un pueblo que quiere libertad, democracia y progreso. Este 21 de noviembre, yo voto por la Unidad para que reconstruyamos al país. #UnidosParaLuchar pic.twitter.com/CdX5EJNWao
— Unidad Venezuela (@unidadvenezuela) October 31, 2021
#AquíEstamos porque queremos una Venezuela donde reinen los abrazos, la seguridad, el trabajo y una economía sana que nos permita ahorrar y cumplir nuestros sueños. #AquíEstamos quienes este 21N votamos para ir, con pasos seguros, conquistando esos cambios que tanto soñamos. pic.twitter.com/THmwXT8d32
— Unidad Venezuela (@unidadvenezuela) November 7, 2021
Ella es parte de esa juventud que sigue apostando a su país, que mantienen firme su convicción de que el futuro que quieren está en su tierra. Samantha cree que en Unidad es posible el cambio, Samantha vota por la Unidad, ¿y tú?#NoMeRindoyVotoUnidad pic.twitter.com/daoL1XBw2Q
— Unidad Venezuela (@unidadvenezuela) November 4, 2021
Pero los años de ausencia no pasan en vano. El mero acto de presencia de la Mesa de la Unidad no es suficiente para atraer a los votantes, de acuerdo con el politólogo Ricardo Sucre Heredia.
“La lealtad por parte de los electores no es tan sólida como lo fue en 2015 o en 2017. Frente a lo que representó la tarjeta alguna vez, no hay un mensaje ni una estrategia fuerte. Tienen que hacer en poco tiempo lo que no hicieron en cuatro años”, señaló.
Carmen Beatriz Fernández, profesora de la Universidad de Salamanca y experta en comunicación política, coincide con Sucre en este sentido. A diferencia de otros procesos electorales, la Unidad decidió no designar a un jefe de campaña, sino formar “grupos de atención para las áreas electorales”.
“La carencia de un buen coordinador se siente y es una debilidad enorme para la oposición. Los comandos de campaña unificados son un elemento clave para que tengas coherencia en el mensaje político que llevas. Cuando no tienes un comando unificado, trasladar ese mensaje a los electores es mucho más difícil y se pierde la estrategia”, explicó Fernández.
El juego de las expectativas
Las piezas de campaña de la Unidad señalan la indiferencia del Estado ante los problemas cotidianos. La precariedad de los servicios básicos, la inseguridad y la escasez de gasolina son algunos de los problemas que resaltan en sus mensajes e invitan a los electores a “castigar” al gobierno mediante el voto.
Apagones, escasez de combustible, meses sin agua, transporte público al mínimo: el régimen ha hecho de todo para humillarnos, pero no nos hemos dejado. ¡Somos mayoría los que queremos un cambio para Venezuela! #NoMeRindoYvotoUnidad pic.twitter.com/pWr1FWC5UZ
— Unidad Venezuela (@unidadvenezuela) November 3, 2021
“Pareciera que se quiere repetir una especie de guión del 2017. Vamos a convertir el voto en una especie de rebelión. Vamos a tratar de ver si la gente vota en contra, a ver si se produce una crisis en el gobierno”, señaló Sucre Heredia.
Porque el trabajo tiene que ser sinónimo de avance y no de sufrimiento #CastigaVotandoEnUnidad pic.twitter.com/QySacq0KfZ
— Unidad Venezuela (@unidadvenezuela) November 3, 2021
No obstante, Fernández señala que el voto castigo implica más que solo ofrecer arreglar las fallas de agua, luz o gas. A su juicio, dichas propuestas no serán creíbles para el electorado, porque tanto alcaldes como gobernadores dependen, en mayor o menor medida, del presupuesto nacional otorgado por el gobierno de Nicolás Maduro.
De igual modo, el politólogo Eduardo Valero piensa que entra en juego el desánimo que dejó el gobierno interino en la población. “Al no sentir que su esperanza de cambio se vio manifestada en pocas semanas, bajo el mantra ‘cese de usurpación, gobierno de transición, elecciones libres’, pues eso hizo que no se pudieran volver a levantar esas expectativas”.
Es por ello que ambos expertos consideran que el mayor reto para la Unidad será motivar a la participación electoral opositora, especialmente en un contexto de mayor crisis económica y social.
Divide y vencerás
Además de hacerle frente a la maquinaria electoral oficialista, la Unidad compite contra partidos que también se promocionan como opositores al gobierno. En primer lugar, están las versiones ad hoc de las tarjetas intervenidas por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), como es el caso de Acción Democrática (AD).
Por otro lado, están las organizaciones independientes que no llegaron a un acuerdo con la MUD para lanzar candidaturas unitarias. Los conflictos entre la MUD y Fuerza Vecinal en Miranda, al igual que la disputa con la Alianza del Lápiz por la Alcaldía de Caracas son ejemplos de ello.
Es por ello que la Unidad invierte esfuerzos en diferenciarse de la competencia y educar a los electores sobre cuál es la “verdadera oposición” por la que deberían votar. Pero ahora los electores son más autónomos, según Sucre Heredia.
“Antes uno votaba por el candidato de la mesa, fuera bueno o malo. Ahora la visión no es tan blanco y negro y hay otras opciones, además de la MUD. Podrá ser el candidato de la manito, pero si a mí no me gusta, voto por otro que sí tiene una buena oferta”, aseguró el politólogo.
“Esas peleas internas han hecho imposible que se definan los objetivos comunes y se establezca una arquitectura institucional que haga que tú tengas una buena toma de decisiones y un buen delivery de tu comunicación política”, agregó Fernández.
Valero alega que la oposición debe hacer más sacrificios para lograr candidaturas únicas, si pretende posicionarse nuevamente dentro del espectro político nacional y tener algún tipo de victoria frente al chavismo. De no ser así, favorecerá la dispersión de los votos e incluso la abstención del electorado opositor.
Y el tiempo juega en contra. Hasta el 11 de noviembre hay chance de hacer cambios ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), según lo establecido en el cronograma electoral, aunque dichas modificaciones no se verían reflejadas en la boleta electoral. Igualmente, el 18 de noviembre es la fecha límite para que la oposición y otros partidos hagan campaña electoral.