Estados Unidos aumentará el número y la capacidad de los “vuelos de deportación” para miles de inmigrantes en la fronteriza ciudad texana de Del Rio (sur), informó el Departamento de Seguridad Interior este sábado.
Más de 10.000 migrantes, mayoritariamente de Haití, acampaban el viernes bajo un puente en la frontera sur de Estados Unidos, una crisis humanitaria que pone en aprietos al gobierno de Joe Biden.
Los migrantes están en un área controlada por las autoridades de aduanas y fronteras, que desplegaron 400 efectivos adicionales para tratar de contener la crisis y “mejorar el control del área”, según un comunicado del Departamento de Seguridad Interior.
Las autoridades indicaron que añadirán “transporte adicional para acelerar el ritmo (de vuelos) e incrementar la capacidad” de traslado “hacia Haití y otros destinos en las próximas 72 horas”.
Estos migrantes llegaron a la pequeña ciudad de Del Rio, Texas, cruzando el Río Grande que separa a Estados Unidos de México. De los 2.000 que eran a principios de la semana el número subió a 10.500 el jueves por la noche, según Bruno Lozano, el alcalde de esta localidad limítrofe con la mexicana Ciudad Acuña.
El viernes, el alcalde demócrata, que espera miles de llegadas más, declaró el estado de emergencia y cerró el puente al tráfico.
“Las circunstancias extremas exigen respuestas extremas”, declaró al diario Texas Tribune. “Hay mujeres que dan a luz, personas que se desmayan por la temperatura, son un poco agresivas y eso es normal después de todos estos días de calor”, remarcó.
Más de 1,3 millones de personas han sido detenidas en la frontera con México desde la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero de 2020, un nivel no visto en 20 años. De ellas, unas 596.000 provenían de El Salvador, Guatemala y Honduras, y más de 464.000, de México.
La oposición republicana acusa desde hace meses a Biden de haber provocado una “crisis migratoria” al flexibilizar las medidas de su antecesor Donald Trump, quien había hecho de la lucha contra la inmigración ilegal uno de los caballitos de batalla de su gobierno.
AFP