Por: Williams Navarro Colina
La Eucaristía de la Solemnidad de la Virgen María de La Candelaria oficiada la mañana de este jueves 02 de febrero, en Puerto Cumarebo, municipio Zamora del estado Falcón fue presidida por Mons. Mariano Parra Sandoval, Arzobispo de Coro, y concelebrada por el párroco de la Iglesia La Candelaria Pbro. Libardo Miquilena y sacerdotes invitados, desbordada por una multitud de fieles que con renovado fervor se congregaron en el templo y sus alrededores para acompañar a la excelsa Patrona del pueblo cumarebero.
En su homilía, Mons. Mariano Parra Sandoval, resaltó el papel protagónico de la Virgen María, escogida por Dios para ser la Madre de Jesús.
María nos ofreció y nos trajo a la Luz y hoy se constituye para nosotros en el símbolo esa mujer sencilla que aceptando la Voluntad de Dios nos dice aquí esta Mi Hijo. Mi hijo no es cualquier hijo, no es cualquier persona, sino que es el Hijo de Dios hecho hombre, que se va a constituir en la Luz del mundo como Simeón lo dijo en el Evangelio. Afirmó.
María nos recuerda hoy que su Hijo es la Luz del mundo; por eso prendemos estas velas y esto hay que tenerlo muy en cuenta, porque muchas veces nosotros los seres humanos le buscamos solución a nuestros problemas de mil maneras: en ideologías, en partidos políticos, en ideas filosóficas, hasta en magias brujerías y santería le buscamos la solución a la cantidad de problemas que tenemos y hoy nos recuerda María de Candelaria, que hay una sola manera de enfrentar oscuridad que existe a nuestro alrededor, no solamente en Cumarebo, en el mundo entero: guerras odios, divisiones, injusticias, etcétera, y en todo eso, Jesús nos recuerda que es el único que puede iluminar tanto al mundo como a nosotros para cambiar esa situación que divide, en una situación de amor; porque como lo dice el Evangelio hoy, el vino a salvar al pueblo de Dios y a brindarnos el camino verdadero y único que nos puede llevar a la felicidad.
Agregó el máximo representante de la Iglesia Católica en Falcón, que por eso encendimos esta luz, recordando que Jesús es la Luz del mundo, que nos ilumina para encontrarle sentido a la vida. Por todo esto, se encienden estas velas de La Candelaria que no son para nada mágico, ni nada esotérico, sino para recordarnos en primer lugar que Jesús es a Luz y en segundo lugar que debemos llevar esa Luz a los demás, a esos que no conocen a Jesucristo.