Con este artículo comenzamos el tríptico Lo bueno, lo malo y lo feo de las megaelecciones del 21-N
Estos comicios se llevaron a cabo en condiciones muy difíciles. No solo por la falta de independencia de los poderes públicos, inhabilitaciones políticas, intervenciones judiciales de partidos, ventajismo oficialista y deterioro general de las condiciones electorales, sino también por una larga campaña en la que los partidos más importantes de la oposición repitieron una y otra vez que “en Venezuela se vota pero no se elige”, que “dictadura no cae con votos”, que “participar en las megaelecciones es convalidar la farsa electoral del régimen”, y desacreditaron al voto, al árbitro electoral y a la propia la ruta electoral.
La designación de un nuevo CNE que se propuso llevar a cabo un arbitraje institucional estimuló la participación de la oposición abstencionista que no había concurrido a las elecciones parlamentarias, presidenciales y regionales anteriores.
Para tener una idea más clara de lo logrado y aún queda pendiente, compartiremos un balance de lo bueno y lo malo del proceso electoral en general. Nos apoyaremos en la declaración preliminar de la MOE-UE, en el Informe del Observatorio Electoral Venezolano (OEV) y en la matriz de opinión pública que surgió al calor de los comicios del 21-N.
El nombramiento de un nuevo CNE
Con una representación de rectores más confiables y creíbles para el país descontento y opositor, fue el acuerdo político más importante para estimular la participación electoral de los abstencionistas. Hoy se aprecia un creciente consenso que reconoce al actual CNE como el más equilibrado de los últimos 20 años. Independientemente de la simpatía política de los nuevos rectores, con el fin de recuperar la confianza en la institución del voto y en la ruta electoral, han hecho un gran esfuerzo por llevar a cabo un arbitraje institucional; y la mayoría de las decisiones se han tomado por consenso a través del diálogo interno.
Actualización del Registro Electoral
La participación en las jornadas de actualización del registro electoral fue alta en comparación con elecciones anteriores. El CNE contabilizó 394.242 nuevos votantes y 1.024.367 cambios de dirección. El registro electoral definitivo quedó con 21.267.813 votantes.
Realización de auditorías
La última auditoría integral fue en 2005. El cronograma electoral de la CNE incluyó 16 auditorías de diferentes etapas del proceso electoral, desde el registro electoral y el sistema automatizado de votación, hasta la configuración de las máquinas de votación antes de su traslado a los estados.
Fiabilidad de las máquinas de votación
A contrapelo de las leyendas urbanas que difunden la idea de que el sistema automatizado no protege el secreto del voto y que el oficialismo puede alterar la elección de los votantes, expertos de universidades venezolanas realizaron una auditoría exhaustiva del sistema automatizado de votación que incluyó las máquinas de votación, el sistema de totalización, el hardware y dispositivo de identificación biométrica y la base de datos de huellas dactilares. La evaluación de los expertos fue positiva y su informe final declaró que el sistema presentaba suficientes garantías para proteger la integridad y el secreto del voto.
Capacitación de miembros de mesa
50.756 miembros de mesas seleccionados por sorteo público recibieron formación. Otros 43.516 participaron de forma voluntaria. El CNE formó más de 90.000 miembros de mesa, suficiente para las 30.106 mesas que se instalarían a lo largo y ancho del territorio nacional.
Designación de testigos electorales
Los partidos políticos atendieron al llamado de designar y capacitar sus testigos electorales. En la mayoría de las mesas las corrientes más importantes del gobierno y la oposición tenían representantes para observar el proceso y defender sus votos.
Instalación oportuna de las máquinas de votación
El traslado de las 30.106 máquinas distribuidas a lo largo y ancho del territorio nacional exigió un complejo proceso logístico. Con dos días de anticipación se instaló el 99 % de las máquinas en los centros de votación.
Una campaña electoral cívica y en paz
En cualquier país del mundo, las campañas electorales suelen ser eventos en los que se desatan muchas emociones y pasiones humanas. La campaña electoral fue bastante corta y se desarrolló en un ambiente tranquilo, sin mayores incidentes ni situaciones que lamentar.
Votación y transmisión sin novedad
Las máquinas transmitieron los resultados sin problemas y en las mesas donde no se pudo transmitir, en la mayoría de los casos los miembros de mesa actuaron según el procedimiento establecido. El recuento de los comprobantes de papel también se consideró bueno.
En el próximo artículo haremos un balance de los problemas que empañaron la jornada electoral y que plantean una hoja de ruta sobre los asuntos pendientes que es necesario corregir y mejorar para lograr que en Venezuela se realicen elecciones a tono con los estándares internacionales. Hasta entonces.
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