Un niño migrante murió por las balas de la guardia costera de Trinidad. A pesar de la conmoción que produjo este hecho, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no se ha pronunciado un año después
Han pasado 12 largos meses luego que la Guardia Costera de la República de Trinidad y Tobago, abriera fuego contra una embarcación sin razón alguna, dado los testimonios de testigos y de la madre del bebé Yaelvis José Santollo Sarabia, el 6 de febrero de 2022.
Esta noticia se viralizó por el mundo y luego además del homicidio del bebé, las autoridades del Gobierno de Trinidad y Tobago continúan incumpliendo las obligaciones de garantizar los derechos humanos de las víctimas y en general de los migrantes venezolanos.
Darielvis Sarabia, la madre del pequeño, quedó gravemente herida en su brazo izquierdo y como consecuencia de la trayectoria de la bala, le dio muerte inmediata a su bebé Yaelvis Santollo Sarabia.
Inmediatamente a la muerte del bebé y la gravedad del homicidio frustrado en contra de Darielvis Sarabia, quien fue trasladada al Hospital de Sangre Grande, en calidad de detenida, la niña Danna de 2 años fue víctima de una detención arbitraria por las autoridades de Gobierno de Trinidad y Tobago junto a los migrantes que se encontraban en el bote al momento del ataque mortal.
Con la velocidad que solo puede ser justificada por el interés de obstaculizar la investigación, ocultando y eliminando evidencia, el Gobierno de Trinidad y Tobago, sin un debido proceso, expulsó a los migrantes que venían en la embarcación, hasta Venezuela. Los migrantes expulsados, son considerados testigos de un delito y aún así, no se les garantizó el debido proceso, ni la protección internacional conforme a los Convenios Internacionales que ha suscrito esa Nación.
Las actuaciones de las autoridades de Trinidad y Tobago, dentro de las primeras 24 horas después de la intervención quirúrgica a la cual fue sometida por emergencias Darielvis en su brazo, en el hospital de Sangre Grande, fue brutalmente obligada a caminar, a bajarse de una patrulla, con esposas en su mano derecha, sin mediar la debilidad que claramente reflejaba su cuerpo, así mismo; denuncia la víctima haber sido esposada a la cama durante la hospitalización.
En cuanto al padre del bebé asesinado, el ciudadano Yermis Santollo, se le fue impedido tener contacto inmediato con la pequeña Danna, e incluso recuperarla tras supuestos trámites legales a instancia de quien defiende derechos humanos de migrantes venezolanos en la Isla de Trinidad y Tobago.
Durante el velatorio del pequeño y posterior entierro, Darielvis la madre, es trasladada por la policía a declarar, sin la asistencia legal que poseía para el momento, sin el acompañamiento de un familiar cercano, todo con la apariencia de un supuesto proceso de investigación, revestido por la corrupción y la obstaculización de la Justicia, por quienes detentan el poder político.
El Primer Ministro de Trinidad y Tobago, quien había salido en defensa de la Guardia Costera, afirmando que la embarcación había sido repelida por la Guardia Costera en defensa propia, argumento que causó estupor en la sociedad internacional, ante la lógica de la desproporción de ataque, migrantes en su mayoría niños, sin armas y cuerpos militares fuertemente armados.
De acuerdo a esa actuación desde el primer momento pareciera que la intención era desaparecer esa embarcación y que no quedaran testigos.
Hasta la fecha 12 meses después no ha habido ningún pronunciamiento sobre este caso. No hay responsables, mientras la madre de Yaelvis clama justicia por la muerte de su hijo.
La Fundación Privada Derechos Humanos con DR, CORP, Non profit con sede en Orlando Florida, representada por las abogadas Damarys Rangel y Karla Henríquez, Defensoras de Derechos Humanos, quienes lograron brindar asistencia legal con sus colegas aliados del bufete de abogados representado por Criston J. Williams de Trinidad y Tobago, pro-bono.
Así mismo, esperan el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, ente Internacional que conoce el caso desde el día 06/04/2022 la “SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR DE PROTECCION” a favor de DARIELVIS ELIANNYS SARABIA MORILLO, YERMIS JOSÉ SANTOLLO Y DANNA ISABELLA SANTOLLO SARABIA, con el objeto de proteger la vida, la integridad física y psicológica de la familia mencionada.
Nos encontramos en una sociedad de cómplices, en la cual la instancia internacional con competencia de presentar recomendaciones a un Estado Miembro de la Organización de Estados Americanos, guarda, silencio ante la gravedad de los hechos denunciados y un Estado que obstaculiza la Justicia e incumple las Obligaciones Internacionales que ha suscrito en protección de los derechos humanos.
Habla la Madre
Darielvis Sarabia la joven madre deltana a sus apenas 22 años, le tocó la dura experiencia de ver morir a su hijo en brazos. Yaelvis de apenas 1 año, un pequeño que todavía lactaba se había quedado dormido en el regazo de su mamá.
Narra Darielvis a un año de esta experiencia el horror vivido desde el momento que la embarcación es objeto de una balacera, sin haber dado voz de alto.
Ella sintió y describe el momento en que ella y el bebé son alcanzados por el proyectil, como la explosión de la cabeza del pequeño.
“Cuando la costera nos alcanza y se dan cuenta de lo que hicieron, se llevan las manos a la cabeza y me suben a la embarcación. Sentía candela en mi brazo, todos los que se acercaron tenían aliento de alcohol”.
Ya en tierra destaca los malos tratos de la policía. En el hospital de Sangre Grande fue esposada desnuda del brazo herido a una cama. Después de operada es sacada del hospital supuestamente a declarar y se le abre la herida del brazo.
Darielvis cuenta ahora, fuera de Trinidad y sin el temor de ser seguida por nadie, que durante su permanencia en la isla directora de la Casita Spanic les decía que no hablaran, que ellos no tenían derecho a nada y piensa que su actuación entorpeció la protección que esta familia necesitaba. En el acta realizada en la embajada aparecen como ingresados a Trinidad el 8 de febrero cuando en realidad fue el 6.
Por otra parte los datos de identidad de Darielvis no eran los correctos a la hora de su ingreso al hospital. Y por último el tratamiento que le suministraron durante su hospitalización no era el adecuado para su estado, ya que era en base a anticoagulantes, entre otras cosas.
Hoy Darielvis, Danna y Yermis no tienen con ellos a Yaelvis. Desde Canadá reasentados tratan de curar sus heridas emocionales, porque lo vivido no lo olvidarán tan fácilmente.
Solo la ayuda de Dios, las personas que les han brindado apoyo harán más llevadera esa experiencia, ahora lejos del horror vivido.