Si su cotidianidad ya se ha hecho tan rutinaria y monótona que incluso es más divertido escuchar la meditación de un budista por radio; entonces es hora de hacerle un refresh a su vida por medio de una técnica que le hará ver sofisticado, exótico y trendy: englishing. Es una técnica que se está practicando en los más selectos círculos redondos de la sociedad. Consiste simplemente en encontrarle el lado terapéutico a todo lo que haga.
Así digamos que usted se despierta en la mañana y lo primero que hace es ir al baño. Pues ya no. Deje esa costumbre de lado, porque usted ahora practicará el bathrooming.
Una milenaria ciencia que te reconecta con tu ser interior mediante el placer que genera el vaciado de la vejiga, el despertar de los sentidos que provoca la menta de la crema dental y el posterior contacto que hace el cepillo con la campanilla del paladar para darte ganas de vomitar.
Tras esto, usted seguro acostumbraba a hacerse un cafecito, ¿verdad? Pues ya no. Eso quedó en el pasado. Ahora usted practicará el coffeeing, una añeja práctica para despertar al organismo mediante la estimulación de las fosas nasales por medio del aroma que expide la semilla triturada del café y su posterior pasada por agua hirviendo para ser ingerido por sorbos. Una tradición que practicaban en el antiguo Egipto para llenarse de energía porque si no, se les hacía imposible cargar bloques y aguantar latigazos al momento de construir las pirámides.
Luego del coffeeing, toca lidiar con él incómodo momento de escoger la combinación de ropa idónea en su clóset para que no le digan que vive repitiendo de muda, ¿verdad? Pues ya no, porque ahora practicará el clothing. Una añeja habilidad que consiste en consentir nuestras partes del cuerpo, protegiéndolas con cómodas y cálidas telas que nos retrotraen a la experiencia y el calor del vientre materno (aunque cuando dichos textiles están tiesos por la falta de suavizante, nos retrotraen a un parto con complicaciones, pero ese es otro tema).
Ahora usted está listo, sale de su casa y debe verse obligado a saludar a vecinos cuando aún no tiene ganas de hablar con nadie. ¡Pues ya no! A partir de este momento usted practicará el greeting, que es la forma más primigenia de red social que existe. Haga greeting diariamente y verá cómo una sonrisa de un vecino equivale a un like. Un saludo contestado, equivale a un escrito en la caja de comentarios de su corazón. Y cuanto más practique el greeting, más aumentarán sus followers de carne y hueso. Seguramente ellos luego le hagan greeting de vuelta y usted se sorprenderá ejerciendo una dosis de surprising (técnica mediante la cual llenamos de vida nuestros pulmones cuando nos sorprendemos y tomamos aire haciendo “¡Aaaaaaaahh!”).
En este punto, su entorno probablemente notará que usted se encuentra en un nivel de conciencia más elevado. Es normal. De hecho, no faltará quien se le acerque y le pregunte qué está haciendo para lucir así. Usted pensará que se trata de una persona chismosa haciendo gossiping (o ese legendario arte de la antigua Grecia que consiste en meterse donde no lo han llamado).
Sin embargo, usted puede ser un vehículo de cambio para que esta persona también eleve su nivel de conciencia. Si no es molestia, por favor dele mi número de teléfono para que me haga un calling y así hacerle una sesión de explaining. Si no, dígale que puede leer este artículo mediante la técnica del reading. Créame que me ahorrará mucho trabajo, pues bastante tiempo le dedique a través de esa antigua técnica de catarsis creada por los sumerios en Mesopotamia: el writing. Aunque bueno, si la persona no está interesada, entonces simplemente invítela a escuchar una meditación budista por radio. Créame, no le resultará aburrida cuando se dé cuenta de que, sin querer, estará llevando a cabo esa sanadora terapia de contemplación que nos permite pensar en cosas como cuántos milímetros crece una uña por día. Se trata de la beneficiosa práctica del boring.
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