La economía venezolana experimenta una caída “dramática” tras su recuperación del año pasado en varios sectores productivos y enfrenta la posibilidad de caer en recesión, advierten expertos.
Investigaciones independientes estiman que Venezuela tuvo un crecimiento económico de entre 10 y 14 puntos porcentuales en 2022, el mayor en toda América Latina. Su Banco Central indicó que el alza había sido cercano a los 17 puntos.
El incremento del precio del petróleo sobre los 120 dólares por la invasión de Rusia a Ucrania, la “ligera recuperación” de la extracción petrolera local y un proceso de “mayor liberalización y permisividad” a la inversión y el flujo de capitales en Venezuela favorecieron ese comportamiento “bastante positivo” en la mayor parte de 2022, explica el economista Manuel Sutherland.
Esa recuperación ocurrió tras una pérdida de 80 puntos en el producto interno bruto entre 2013 y 2021, “la peor crisis en la historia del capital sin la presencia de una agresión bélica” interna o externa en el país afectado, recuerda Sutherland.
Ya a finales del tercer trimestre del año, la inestabilidad cambiaria, el pago por parte del Estado de bonos adeudados a millones de trabajadores, jubilados y pensionados y la inyección de “dinero inorgánico” o sin respaldo por el Banco Central revirtieron ese ánimo optimista de la economía hasta llegar a una “caída desastrosa” en meses recientes, expone.
Sutherland remarca que un punto clave del desplome económico de los últimos tiempos fue “la inestabilidad cambiaria” vivida desde agosto del año pasado, cuando la tasa oficial del dólar pasó de 4,5 bolívares por unidad a 8, 10, 12 y, finalmente, más de 20 bolívares.
“Ese desastre cambiario destrozó el poder adquisitivo de la clase obrera y las cantidades de dinero real que circulaba en la economía”, indica en conversación con la Voz de América.
Según informes de las federaciones empresariales, industriales y de diversos sectores económicos, las ventas cayeron en el primer trimestre de 2023 entre 25 % y 40 %, en comparación con los últimos meses del año pasado, subraya.
“Esto es gravísimo, es una baja muy, muy drástica, insólita. El primer trimestre de este año la economía cayó 8 %, lo cual es terrible, es una caída desastrosa”, apunta el también director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).
La situación no ha mejorado luego de los reportes negativos del primer trimestre, si bien se mantienen previsiones de un crecimiento económico en el país suramericano de 2 a 3 puntos en 2023, asegura a la VOA el economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Metropolitana de Caracas, Luis Oliveros.
“Lo que ha pasado en los primeros 5 meses del año, con la caída de las ventas y la ralentización de la actividad económica, pudiera indicar que, si no hay una mejora importante para el segundo semestre, vamos a tener una recesión”, asevera.
Oliveros ve “una única posibilidad” de que Venezuela no entre en recesión: que la producción petrolera siga aumentando “de manera importante” este año.
La producción de crudo venezolano pasó de 756.000 a 810.000 barriles entre marzo y abril pasado, informó la estatal PDVSA a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Petróleos de Venezuela proyecta llegar a 1 millón de barriles por día a final de año, pero la promesa se realiza tras un escándalo de corrupción dentro de la compañía, donde se habrían desfalcado al Estado más de 21.000 millones de dólares y por el cual renunció el ministro y hombre fuerte del chavismo, Tareck El Aissami.
Chevron, que ha aumentado a 250.000 barriles su producción desde que recibió en noviembre una licencia que alivió las sanciones económicas de Estados Unidos, puede ser clave en la industria y, por ende, en la economía local, opina Oliveros.
“PDVSA no tiene un historial de cumplir sus promesas, pero está Chevron. Hay posibilidades de que otras empresas extranjeras se sumen a la producción petrolera. Si la producción petrolera responde, pudiéramos tener crecimiento económico este año”, dice.
Sutherland, por su parte, cree urgente “un gran acuerdo nacional” para reflotar la economía y lograr la reconstrucción social, así como un trabajo conjunto para preservar activos en el extranjero, como CITGO, y atender la crisis humanitaria.
Aconseja reducir “drásticamente” el encaje legal bancario, que no supera el 3 % en países como Perú, pero que se sitúa en 73 % en Venezuela para la moneda nacional.
Otra recomendación suya sería “monetizar con instrumentos financieros sencillos”, como bonos petroleros, para pagar deudas con proveedores y crear un fondo de “emergencia salarial”. Además, cree que sería saludable reducir “el gasto burocrático no productivo”, como el militar.
Oliveros, por su lado, considera recomendable “fomentar la dolarización” para estimular la economía y evitar una recesión. El presidente Maduro se propuso recientemente “desdolarizar” la economía venezolana, no obstante.
“Si el gobierno pretende desdolarizar la economía, Venezuela va a caer en recesión, porque va a ser un impacto muy fuerte en la economía”, indica el experto.