Sin miedo y mostrando un civismo incalculable este domingo 22 de octubre el electorado venezolano salió de sus casas para participar, con mucha determinación, en el Proceso de Primaria Presidencial 2023.
Se trata de un proceso electoral convocado por los partidos políticos opositores que tiene como propósito escoger a un candidato o candidata que se mida en el año 2024 con el aspirante oficialista que hoy maneja las riendas del poder.
La improvisación, mala organización por parte de la Comisión Nacional de Primaria, falta de información, la soberbia y el egoísmo por parte de algunos candidatos y la posibilidad de perder el trabajo o aparecer en una nueva “Lista Toscón” no fue motivo para que los electores, hasta con discapacidades físicas, votaran para enviar un mensaje claro y contundente: “Queremos cambio”.
Al consultar a los adultos mayores todos indicaban que su participación tenía la finalidad de conseguir un cambio político que les permitiera volver a ver a los hijos que se fueron en busca de mejores oportunidades.
En esta oportunidad no hubo participación del Consejo Nacional Electoral (CNE) ni Plan República que resguardara el material electoral y la integridad física de los electores, por lo tanto la gente, a todo riesgo, estuvo a merced de lo que ocurriera.
Las escuelas y liceos del país no pudieron abrir sus puertas para ser los acostumbrados centros de votación, por el contrario, cada calle, cada esquina, cada barrio o avenida fue propicia para instalar un par de mesas y con cajas de cartón ofrecer un improvisado lugar para manifestar la intención electoral.
Pasadas las 2 de la tarde llovió fuertemente en todo el territorio nacional y aún así los electores asumieron el desafío, sacaron sus paraguas, se mantuvieron en la cola, cantaron el Himno Nacional y finalmente ejercieron su derecho al voto.
El número de electores fue de tal magnitud que en muchos estados las boletas electorales (manuales) que se utilizaron no fueron suficientes, en consecuencia, miles se quedaron con las ganas de votar.
El mensaje quedó claro, los venezolanos, incluso los más humildes que solo comen de los productos de las Cajas Clap, salieron a votar. Todos quieren vivir con dignidad, sin miedo, recuperar la calidad de vida y reestablecer al grupo familiar. Los que viven en otros países también tienen sus méritos por haber atendido el llamado que se les hizo de participar.
Conclusión: El electorado venezolano está por encima de la clase política del país, oficialista u opositora. La barbarie y el egoísmo no pudieron detener un proceso que fue de la gente, del ciudadano de a pie y eso es lo verdaderamente importante.
Todo lo que quiere la gente quedó suficientemente demostrado este domingo 22 de octubre.