El ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Tellechea, inspeccionó áreas de producción de la refinería El Palito en el estado Carabobo, la más pequeña del país, con el propósito de ejecutar “las estrategias que permitan elevar la producción de gasolina y otros derivados del petróleo”, informó la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), el domingo.
La agencia de noticias Reuters reportó, también el domingo que, tras casi un año de paralización, El Palito, que experimenta reparaciones y “proyectos de expansión”, reanudó operaciones en la unidad de craqueo catalítico, lo que sería “clave” para paliar la escasez de combustible.
“Creo profundamente en los trabajadores de nuestra refinería del palito y se que en los próximos días las cosas mejorarán en el tema de la distribución de combustible en nuestro estado”, escribió el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava en Twitter, donde también compartió material audiovisual del recorrido que hizo junto a Tellechea en El Palito.
Los pronunciamientos surgen en momentos en los que se registran largas filas de vehículos en las inmediaciones de gasolineras en distintos estados, evidenciando la inestabilidad en el suministro de combustible, una realidad que se ha vuelto cada vez más frecuente desde el 2015.
Los grupos de Telegram que los ciudadanos utilizan para informarse sobre la llegada de gandolas con gasolina a las estaciones de combustible en sus localidades estuvieron apaciguadas durante un tiempo ante las mejoras en el abastecimiento, pero volvieron a activarse en días recientes.
Allí, los usuarios consultan a otros cómo están las filas en las estaciones y se aseguran si están surtiendo combustible antes de acercarse, otros también manifiestan “indignación” y cuestionan el “silencio” de las autoridades.
“La situación del combustible es grave y genera consecuencias muy graves (…) lamentablemente el silencio oficial hace que esto genere más incertidumbre”, manifestó la semana pasada en Twitter Daniel Antequera, dirigente político en Barquisimeto, estado Lara, a unos 400 kilómetros al oeste de Caracas, donde las filas para surtir se entrelazan y se han registrado protestas e incidentes aislados en algunas gasolineras.
El gobernador oficialista de Lara, Adolfo Pereira, recordó el viernes que dependen de la distribución nacional de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), llamó a los ciudadanos a mantener la “calma” y sostuvo que “la perspectiva es que debe mejorar en un lapso, no está determinado todavía”.
En junio de 2020 el gobierno fijó el precio de la gasolina (no subsidiada) en 0,50 centavos de dólar por litro. A pesar de su ilegalidad, los revendedores, históricamente presentes en las fronteras y ahora en las ciudades, aprovechan la coyuntura para tener ingresos adicionales y ofrecen combustible a tarifas que solo unos pocos están en capacidad de costear.
En Maracaibo, estado Zulia (oeste de Caracas) y cuna de la actividad petrolera, los revendedores de combustible ofrecen cada litro de gasolina en 2 dólares. Llenar un tanque de 40 litros costaría en el mercado negro 80 dólares, es decir, 300% más que lo que normalmente se pagaría en una estación de servicio no subsidiada (20 dólares).
Son menos las estaciones que venden gasolina subsidiada que han ido pasando al denominado “precio internacional”, en muchos casos sin notificación. La coyuntura y su impacto socio-económico llevan a concluir que Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras probadas del mundo, poco a poco ha dejado de tener la gasolina “más barata” del planeta.
El gobernador oficialista del estado Falcón en el occidente de Venezuela, Víctor Clark aseguró la semana pasada que una “afectación” en el Complejo Refinador Paraguaná (CRP) ha impactado en el “inventario y la disposición diaria de cisternas” de combustible para el país.
“Quizás en estas próximas tres semanas nosotros tengamos una contingencia durante este mes de junio (…) cualquier iniciativa que busque solución mientras se restituye la producción y el inventario suficiente para normalizar otra vez el despacho, haremos el esfuerzo regional, pero es una coyuntura nacional que impacta en el estado”, dijo el jueves en una entrevista en una emisora de radio local.
Reuters reportó a principios de mes que una falla paralizó el craqueador catalítico de la refinería Cardón, que, junto a la refinería de Amuay, cuyas operaciones se encuentran suspendidas por reparaciones, forman parte del CRP en el estado Falcón.
A finales de mayo, Juan Carlos Díaz, vicepresidente de Consumo y Suministro Nacional de PDVSA, dijo que la producción y distribución de combustible de los volúmenes que se requieren en cada estado del país está “garantizada” y atribuyó la sobredemanda en algunas estaciones a los “ataques” de “información falsa” a través de redes sociales.
“Hemos hecho inspecciones donde hemos visto las compras nerviosas donde los usuarios apenas echan de 5 a 10 litros en cada uno de sus vehículos donde no es natural”, dijo en un video divulgado por la corresponsal de Telesur en Venezuela.
El diputado chavista y hombre clave del gobierno, Diosdado Cabello, insistió en la tesis de que la gasolina “se utiliza para generar crisis”, lo que, según dijo, llevado a PDVSA a tomar “como norma” informar desde las estaciones de gasolina.
“Dices no hay gasolina y la gente, así tenga tres cuartos de tanque full, se va a echar otro cuarto que le falta porque dijeron que no va a haber gasolina, genera una inquietud en la gente”, afirmó en conferencia de prensa el 5 de junio.
Sin embargo, admitió que la suspensión de operaciones ante la necesidad de cambiar repuestos o de efectuar mantenimientos en las refinerías, “puede bajar la producción de combustible”.
“En este momento no hay por qué preocuparse, la gente no tiene que salir angustiada a poner combustible teniendo combustible en su carro”, añadió.
El área encargada de comercio y suministro de PDVSA, en su cuenta en Twitter, divulga videos donde los encargados de las estaciones de servicio reportan el funcionamiento que, suelen estar, según publican “activas” y “sin tráfico”.
En el contexto de las sanciones impuestas por la comunidad internacional a al gobierno de Maduro, en varias ocasiones Irán, país que también se encuentra sancionado, ha enviado cargamentos de combustible a Venezuela para aliviar la escasez en el país , cuyas refinerías en el pasado estaban en capacidad de procesar 1,3 millones de barriles diarios.
En los últimos años sindicalistas de la deteriorada industria petrolera y otros expertos en la materia han coincidido en que, consecuencia de los años de corrupción, la falta de inversión, mantenimiento y personal calificado, las refinerías en Venezuela, todas estatales, quedaron en un estado de “colapso operativo” que limita la posibilidad de producir la gasolina necesaria para abastecer el mercado interno.
Hace casi dos meses fue desvelado un escándalo de corrupción que involucró el desvió de cargas de crudo de PDVSA y por lo que al menos 43 funcionarios y empresarios fueron detenidos. Aún no se han precisado la cifra desfalcada al Estado, pero, según Reuters, PDVSA ha dejado de cobrar al menos 21 mil millones de dólares por la comercialización de petróleo a través de intermediarios.
Gustavo Ocando, corresponsal de la Voz de América en Maracaibo colaboró con información para esta nota.