El asesinato a golpes de un hombre por un turba en el llamado Templo Dorado, el principal santuario sij de la India y situado en el estado de Punjab, ha avivado las tensiones religiosas poco antes de las elecciones legislativas de esa región del norte del país.
El suceso se produjo anoche durante el rezo diario, cuando supuestamente un hombre irrumpió en el santuario donde se encuentra guardado el libro sagrado del sijismo, el Guru Granth Sahib, en la ciudad de Amritsar.
Tras tratar de tocar la espada ceremonial situada al lado del texto sagrado, el hombre fue detenido y asesinado por los presentes, según pudo confirmar el comisionado adjunto de la Policía de Amritsar, Parminder Singh Bhandal.
“La gente lo sujetó y lo escoltó hasta el pasillo donde hubo un altercado violento y murió”, dijo en declaraciones recogidas por el canal de noticias NDTV.
Algunas imágenes del momento del altercado muestran a varias personas levantándose durante el rezo para tratar de parar al hombre.
El agente agregó que se están analizando las imágenes de las cámaras de seguridad del interior y exterior del templo para esclarecer lo sucedido.
El primer ministro de Punjab, Charanjit Singh Channi, condenó “energéticamente este intento de sacrilegio” en el interior del Templo Dorado y ordenó a las autoridades policiales estatales que investigaran a fondo el asunto.
La profanación de templos sij se ha convertido en un tema delicado en Punjab, considerada la cuna de esta religión monoteísta, a caballo entre las doctrinas del hinduismo y el islam, y fue motivo de disputa en las pasadas elecciones legislativas en 2017 y en 2019.
El incidente de ayer aviva estas tensiones religiosas a la hora de encaminar el futuro de las próximas elecciones legislativas, que se celebrarán los próximos meses de febrero y marzo del año que viene.
Sukhbir Singh Badal, presidente del partido opositor regional Shiromani Akali Dal, de corte sij, criticó la “apatía e inactividad del Gobierno de Punjab” por no tomar acciones contra “un patrón peligroso y doloroso” que está emergiendo “de los repetidos intentos de sacrilegio”.
EFE