Todas las mujeres tienen en el canal vaginal bacterias, hongos e incluso virus que cohabitan de manera armoniosa, y cumplen una función al mantener el equilibrio vaginal, sin embargo, hay situaciones en las que este equilibrio se rompe y aparece un flujo vaginal que pica, huele mal, puede manchar la ropa interior y trae complicaciones si no se trata adecuadamente.
Uno de los factores de la vida moderna, ligado a la aparición de este desequilibrio, es el estrés. En estas circunstancias, se eleva una hormona llamada Cortisol que a su vez genera una disminución de los niveles de estrógeno en sangre, de ahí que las células vaginales no maduren adecuadamente y estos cambios disminuyen la existencia de lactobacilos, con ello el aumento de sustancias proinflamatorias que generan el sobrecrecimiento de otras bacterias, produciéndose así la llamada vaginosis.
Los lactobacilos o bacterias productoras de ácido láctico constituyen las bacterias predominantes en una vagina saludable, de ahí que cada circunstancia que afecta su crecimiento, altera el equilibrio vaginal.