Para: Qué Pasa en Venzuela
Especial desde Berlín, Martha Escalona Zerpa
Un asesino psicópata en un concierto de pop para adolescentes busca una salida. Como director de cine M. Night Shyamalan ha conseguido hacer un original thriller de regreso con el actor Josh Hartnett en el papel protagonista.
Shyamalan es uno de esos directores que ha estado en lo más alto y en lo más bajo. Su irrupción con «El sexto sentido» hace exactamente 25 años causó sensación, tanto entre el público como entre la crítica.
Por aquel entonces, se posicionó como uno de los narradores más originales de Hollywood y como el director de las populares películas de juegos mentales: thrillers que ponían a prueba el género con narrativas enrevesadas y pistas falsas.
La especialidad de Shyamalan, el giro en el tercer acto, situa cada una de sus películas en una perspectiva completamente nueva. Pero después de cinco años de éxito, se le acabó el aire. El giro de «The Village» fue tachado por la crítica en 2004 de truco barato y esperable.
Aunque una cosa no se le puede negar al director de origen indio. Nunca se pone las cosas fáciles, no se salva en mundos de nostalgia o superhéroes y, cuando lo hace, sólo se copia a sí mismo. En resumen: tanto si se trata de una película exitósa como de un fracaso, es original y se mantiene fiel a sí mismo. Por eso cuenta con una base de fans estable que incluso lo estiliza como cineasta de autor incomprendido.
A lo mejor esta película «Trap» podría volver a ser un éxito. La trama se transforma gradualmente de película de concierto a thriller.
La película está protagonizada por Josh Hartnett, el rompecorazones de los noventa, en su primer papel protagonista en mucho tiempo.
Hartnett interpreta a Cooper, un cuarentón padre de familia que asiste a un concierto de música pop con su hija adolescente. Allí, Cooper pronto se da cuenta de que está atrapado. Él, que vive una doble vida como asesino psicópata y padre de familia, está siendo buscado y con orden de captura por crímenes atroces. Así que, mientras su hija idolatra a su estrella, Cooper tiene que encontrar la manera de salir de la laberíntica sala de conciertos sin delatarse. La forma en que lo hace es un arte del thriller inspirado en Hitchcock, y divertido al mismo tiempo.
En el fondo «Trap» es una puesta en escena muy personal de una relación padre-hija. Por un lado, Shyamalan consigue retratar la relación entre el padre asesino en serie y su adorable hija adolescente (Ariel Donoghue). Aquí el comentario de su hija: «Papá, no seas tan raro» adquiere aquí un nuevo nivel.
Además, la estrella del pop Lady Raven es encarnada por la hija de Shyamalan, Saleka. Lo que puede verse como un regalo a la hija es también uno de los trucos de magia de Shyamalan a la hora de elegir el reparto, porque las canciones de Saleka, escritas e interpretadas especialmente para la película, son realmente buenas. Aunque la cantante no sea una actriz hábil, tiene una presencia idiosincrásica que le sirve de mucho cuando se encuentra cara a cara con el asesino.
En última instancia, «Trap» es también una de esas películas que intentan seducir a identificarte con el psicópata asesino -al que, por cierto, nunca ves matar-, porque hace de buen hombre. Y aquí Shyamalan no podía haber elegido a nadie mejor que Josh Hartnett para este papel. Hartnett, quien también es padre, irradia una alegría de buen papá con personalidad disociada.