Hace una semana, científicos de Sudáfrica comunicaban al mundo la aparición de una nueva variante del coronavirus B.1.1.529, que 24 horas más tarde la Organización Mundial de la Salud (OMS), la caracterizó como variante de preocupación directamente, sin ahorrarse tiempo en posicionarla como variante de interés, debido a la gran cantidad de mutaciones que tenía respecto al virus original surgido en Wuhan, China, hace exactamente dos años.
Por Infobae
Esta designación como “variante de preocupación” la ha utilizado solo para cuatro variantes anteriores (Alfa, Beta, Gamma, Delta) entre miles de variantes observadas en la evolución del SARS-CoV-2. Y luego la denominó Ómicron, siguiendo las letras del alfabeto griego, aunque salteó a dos letras para evitar confusiones y ofensas. Desde mayo, la OMS adoptó este sistema ya que permite referirse a las variantes de una manera más sencilla que por sus nombres científicos y ayuda a evitar que la gente se refiera a las variantes por el lugar en el que se detectaron, lo que podría crear un estigma. La OMS aclaró que había omitido la nu por motivos de claridad (ya que en ingles suena muy parecido a “new”, nuevo) y la xi para no ofender a nadie, ya que es un apellido común en China, lugar del origen de la actual pandemia.
Lejos de atemperar los ánimos y calmar a los ciudadanos de todo el mundo, la OMS emitió un comunicado el lunes afirmando que “la nueva variante Ómicron del coronavirus presenta un riesgo muy elevado”. Y agregó que se trata de una “variante muy divergente con un alto número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes y pueden estar asociadas con un potencial de escape inmunológico y una mayor transmisibilidad”. “La probabilidad de una mayor propagación potencial de Ómicron a nivel mundial es alta”, cerró la OMS en una nota técnica.
Esta comunicación no hizo más que generar incertidumbre y zozobra en todas las naciones del mundo que optaron por cerrar sus fronteras a contramano de lo que muchos científicos querían. Ante esta situación de pánico mundial, varias son las preguntas que científicos y autoridades sanitarias buscan responder en lo inmediato: ¿Es más contagiosa? ¿Qué síntomas realmente genera? ¿Es más mortal? ¿Las vacunas podrán protegernos? Pero esto con el virus original y con las distintas mutaciones que luego aparecieron, ya lo hemos vivido y se sabe que la ciencia tiene sus tiempos y necesita pruebas y estudios prolongados para responder cada pregunta.
Para la doctora Cristina Freuler, médica infectóloga, jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán, todos los virus mutan y sólo pueden hacerlo cuando se replican. “Las mutaciones de un virus pueden tener muchos alcances. Inclusive puede mutar para terminar destruyéndose. Pero aquellas que pueden ser beneficiosas por algún motivo, serán las que van a prevalecer. Esto es parte de la evolución. La mayoría de las mutaciones que a nosotros nos preocupan son aquellas en donde se aumenta la transmisibilidad y es más fácil de contagiar. Aquellas que aumentan la virulencia y producen enfermedades más graves”, afirmó la experta a Infobae.
Y agregó: “En el caso de Ómicron, se reconoció una gran cantidad de mutaciones que preocupan a los científicos. Con 32 mutaciones, preocupa que sea tan imprevisible el resultado de las mismas. El gran miedo es que la proteína S o pico esté tan modificada que las vacunas no puedan contrarrestarla. El coronavirus en sí mismo siempre ha mostrado una gran transmisibilidad. ¿Qué podemos hacer para cuidarnos de esta nueva variante? Ya aprendimos a cuidarnos del coronavirus, por lo tanto no hay que relajarse en cuanto a las medida para cuidarnos de este patógeno, que son distanciamiento social, uso de barbijo, lavado de manos en forma periódica, reuniones al aire libre, más allá de la vacunación que es clave”.
Lautaro de Vedia, infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), reconoció que todavía está por verse la peligrosidad que aparentemente tendría Ómicron. “Todavía todo es muy reciente. Según su estructura, es más contagiosa. Al parecer las mutaciones que contiene le daría la capacidad de esquivar la protección que hemos adquirido gracias a las vacunas desarrolladas, pero de ninguna manera hay estudio concluyentes sobre esto. Los síntomas son similares a los habituales, sin alteraciones en el olfato y gusto”, precisó el especialista. “Mientras tanto, es importante que la gente se vacune y complete los esquemas de dos dosis. También que tenga sus dosis de refuerzo o tercera dosis”, recomendó.
El médico infectólogo Ricardo Teijeiro, explicó a Infobae que esta variante es más contagiosa porque tiene 30 mutaciones con la célula humana. “En el seguimiento clínico hecho a los pacientes que padecen esta variante, hemos visto que sufren cuadros leves de COVID-19, sin grandes manifestaciones. De ninguna manera es más mortal. Las vacunas han demostrado cierto nivel de protección y debe seguir objeto de evaluación. Y hay que destacar que la industria farmacéutica está produciendo nuevas vacunas o está introduciendo modificaciones a las existentes para combatir Ómicron”.
Pablo Bonvehí Jefe de la Sección Infectología y Control de Infecciones en CEMIC indicó que daría la impresión que es una variante más transmisible como la Delta. “Por el abrupto aumento de casos se deriva. Respecto a los síntomas reportados, se describen como leves. Pero los datos provienen de pacientes jóvenes y esto no refleja el espectro completo de lo que produce esta variante. Se observaron síntomas gripales habituales y leves. Tampoco contamos con datos de sueros de vacunados para ver si alcanzan a neutralizar bien esta variante. Se supone que por la cantidad de mutaciones que tiene, podría evadir más la acción de las vacunas”.
Entre tantas dudas que ya genera Ómicron, la ciencia ha comenzado a brindar algunas respuestas concretas. La OMS dijo que está trabajando con expertos técnicos para comprender el impacto potencial de la variante en las contramedidas existentes contra la enfermedad COVID-19, incluidas las vacunas. “Actualmente no hay información que sugiera que los síntomas asociados con Ómicron sean diferentes de los de otras variantes”, dijo la OMS y pidió más tiempo para estar segura de los datos de los infectados.
¿Por qué preocupa tanto a los científicos?
La secuenciación genética efectuada a la nueva variante mostró que portaba una gran cantidad de mutaciones preocupantes. B.1.1.529 tiene más de 50 mutaciones en su genoma respecto a la secuencia original de Wuhan. Treinta y dos de ellas en la región de la proteína S. Nueve mutaciones aparecen en otras variantes Alfa, Beta, Delta, Gamma. Once son nuevas. Quince mutaciones están en la zona de unión al receptor (RBD) y algunas (N440K, S477N, Q498R) y podrían influir en su capacidad de infectar células. Otras pueden afectar a la transmisibilidad (H655Y, N679K, P681H), y las hay que pueden causar cambios en la proteína y afectar a su reactividad con los anticuerpos.
¿Es más peligrosa que Delta la variante predominante hoy en el mundo?
Robert Garry es virólogo de la Universidad de Tulane, y realizó una comparación directa de las mutaciones observadas en Delta y Ómicron: “Definitivamente hay puntos calientes donde a este virus le gusta mutar ahora”. Pero el hecho de que haya muchas mutaciones no significa necesariamente que se vayan a sumar a un virus más dañino. Todavía no sabemos qué van a hacer todos esos cambios en conjunto para las cosas que importan a este virus. Hasta ahora no se ven muchas mutaciones importantes que puedan hacer que la versión Ómicron sea más contagiosa que Delta.
Para los especialistas, más que el número de mutaciones, lo que conviene analizar es el efecto que pueden tener todas juntas. Una cosa es la mutación en el genoma y otra muy distinta el efecto que pueda tener en la biología del virus. El efecto no tiene por qué ser acumulativo, pueden darse fenómenos de compensación: el efecto de una mutación puede compensarse con el de otra. Pero esta variante acumula mutaciones que se han relacionado con un posible escape inmunológico y un posible aumento de la transmisibilidad.
¿Ómicron genera más reinfecciones?
La variante del coronavirus Ómicron tiene más probabilidades de causar reinfección que variantes anteriores como Beta y Delta, según un estudio científico preliminar publicado ayer.
El análisis estadístico de unos 2,8 millones de muestras positivas de coronavirus en Sudáfrica, 35.670 de las cuales se sospechaba que eran reinfecciones, llevó a los investigadores a concluir que la nueva mutación tiene una “capacidad sustancial para evadir la inmunidad de una infección previa”. Un nuevo estudio encontró que es 2,4 veces más probable reinfectarse con Ómicron que las variantes anteriores, pero no está claro si causa una enfermedad más grave o la muerte. “La infección anterior solía proteger contra Delta, pero ahora con Ómicron ese no parece ser el caso”, explicó la doctora Anne Von Gottberg, microbióloga del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica en una rueda de prensa organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Las vacunas nos protegen contra Ómicron?
Varias voces expertas han afirmado que se necesitan de 2 a 3 semanas para comenzar a responder este tipo de preguntas. Pero a la vez insisten en que es necesario incrementar el ritmo de vacunación en la población, especialmente en aquellos países muy atrasados en recibir y disponer de vacunas protectoras.
Todos los laboratorios productores de vacunas ya están realizando ensayos para determinar la efectividad contra esta nueva variante y anticiparon que podrían realizar cambios en la formulación de sus vacunas para contrarrestar el contagio de Ómicron. En caso necesario, unos 150 días serían suficientes para actualizar las vacunas de ARN mensajero a las nuevas modificaciones que presenta Ómicron en su proteína S, anticiparon.
El profesor Paul Hunter, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de East Anglia, dijo que la teoría de que es un virus más contagioso pero también más leve “puede resultar cierta”, pero dijo que los altos niveles de infección y vacunación previas pueden haber ofrecido protección contra Ómicron. Esto también sería un signo positivo, porque muestra que la variante altamente mutada no es completamente irreconocible para el sistema inmunológico de los sobrevivientes de COVID o las vacunas.
“Si Ómicron causa una enfermedad menos grave, probablemente se deba a la inmunidad previa, ya sea por infección o vacunación. Podría ser menos virulento, pero espera que sea más leve “puede ser cierto o no. Incluso si es menos virulento, tomar la vacuna de refuerzo es lo más importante que las personas pueden hacer para protegerse”, indicó el profesor Hunter.
¿Por qué muchos afirman que Ómicron podría ser el fin de la pandemia?
Los científicos advirtieron desde hace un tiempo que es poco probable que el coronavirus sea erradicado alguna vez, pero en cambio pasará a ser un virus similar al resfriado más leve. El profesor Karl Lauterbach, un epidemiólogo clínico que aspira a ser el próximo ministro de salud de Alemania, dijo que “los primeros informes significan que Ómicron podría ser un regalo de Navidad e incluso acelerar el fin de la pandemia” y sugirió que tiene tantas mutaciones, 32 solo en la proteína de pico, el doble que Delta, lo que podría significar que está optimizado para infectar y ser menos letal, en línea con la evolución de la mayoría de los virus respiratorios.
¿Cuáles son los síntomas que provoca Ómicron?
Dolor muscular, fatiga y cefalea serían los síntomas más relevantes constatados, según los datos relevados por el ministerio de Salud de Sudáfrica. También hay cuadros febriles y dolores de garganta. En general los síntomas son bastante similares a los ya conocidos, pero sin observarse en general pérdida de gusto ni olfato, ni internaciones graves por insuficiencia respiratoria.
El doctor Unben Pillay, médico general en la provincia Gauteng, donde 81% de los casos nuevos se han reportado con esta nueva variante, indicó que ha presenciado un rápido aumento en nuevos casos de COVID-19 en los últimos 10 días y que hasta ahora han sido casos muy leves, donde los pacientes muestran síntomas similares a los de la influenza, tos seca, fiebre, sudores nocturnos y muchos dolores corporales. Además, señaló que a aquellas personas vacunadas les va mucho mejor que a los no vacunados y que todos los infectados fueron tratados en sus casas, sin notificarse internaciones.
El aumento reciente en Sudáfrica ha sido en personas de aproximadamente 20 y 30 años de edad, y los doctores enfatizan que los síntomas de COVID-19 suelen ser leves en ese grupo de edad. “Las infecciones reportadas inicialmente estaban entre los estudiantes universitarios, individuos más jóvenes que tienden a tener una enfermedad más leve, pero comprender el nivel de severidad de la variante Ómicron tomará de días a varias semanas”, expresó la OMS en la semana.
Durante los últimos diez días, la doctora Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación médica sudafricana atendió a más de 30 pacientes con Ómicron. “Atendí principalemente en Pretoria a personas con fatiga y otros síntomas leves, que por ahora están pasando su convalecencia sin necesidad de hospitalización”, señaló. En su mayoría se trataba de hombres menores de 40 años, de los cuales, al menos la mitad estaban vacunados. Además de la enorme fatiga, sufrían dolores musculares, una tos seca o “picazón en la garganta”, añadió. Sólo unos pocos padecían además una fiebre baja.
¿Qué tan rápido se expandió?
En menos de una semana Ómicron ya se detectó en 38 países, incluido varios europeos, Japón, Estados Unidos, México y Brasil, pese a que más de 50 naciones cerraron sus fronteras con Sudáfrica y otras naciones africanas por temor a que la nueva variante llegase. La medida extrema no sirvió de nada y hasta fue criticada fuertemente por la comunidad científica que rechazó el cierre de fronteras, una medida que hasta puede retrasar la investigación que la ciencia debe hacer rápidamente ante esta nueva amenaza.
Esta semana, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, compareció en una rueda de prensa extraordinaria desde Pretoria para sostener que “los países que han impuesto restricciones discriminan injustamente a Sudáfrica y no ayudarán a resolver el problema. “Les puedo prometer que en otros países, cuando presenten una nueva variante, van a tener mucho cuidado antes de anunciarla, viendo lo que nos pasó”, sostuvo con dureza en una entrevista con la BBC.
Esta discriminación que sufre Sudáfrica y otras naciones africanas vecinas no tiene razón de ser, según una investigación médica en Europa, que constató que la variante ómicron del coronavirus ya estaba presente en Países Bajos el país el 19 de noviembre, es decir antes de que Sudáfrica informara por primera vez de la nueva variante. El Instituto de Salud y Medio Ambiente (RIVM) “detectó la variante Ómicron en dos test realizados en el país el 19 y el 23 de noviembre”, declaró la autoridad sanitaria con sede en Ámsterdam en un comunicado. Países Bajos se suma así a otros países europeos, como Bélgica y Alemania, que registraron contagios de Ómicron antes de la notificación oficial a la OMS el 24 de noviembre. Según Aura Timen, directora de la coordinación nacional de la lucha contra enfermedades infecciosas del RIVM, esta situación se repetirá en otros países cuando analicen los test de las últimas semanas.
Falta de vacunación en África
Ramaphosa agregó que antes de prohibir los viajes, “los países ricos deben concentrarse en apoyar a los países en desarrollo en la lucha contra la COVID”. “La llegada de esta nueva variante Ómicron debería hacernos despertar y evitar la desigualdad de las vacunas”, reclamó el presidente.
Esperanza Martínez, jefa del Equipo de gestión de crisis por COVID-19 del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirmó: “La inequidad en el acceso a las vacunas nos afecta a todos. Ómicron pone de manifiesto que todos somos vulnerables cuando grandes partes del mundo no están vacunadas. Para superar la pandemia de COVID-19, es absolutamente necesario vacunar a las decenas de millones de personas que viven en zonas de conflicto y en zonas de difícil acceso. Hasta ahora, solo una pequeña cantidad de vacunas ha llegado a las zonas de conflicto, donde muchas veces familias y comunidades enteras carecen de acceso a servicios básicos de salud. El CICR estima que, actualmente, más de cien millones de personas viven en zonas controladas en forma total o parcial por grupos armados no estatales, lo que significa que las campañas de vacunación de los ministerios de Salud no suelen alcanzarlas”.
Solo el 6% de la población de África se ha vacunado por completo. La cifra trepa al 23% en los sudafricanos mayores de 12 años. En África subsahariana se han administrado 116 millones de dosis de vacuna, en comparación con 611 millones en la Unión Europea, que tiene una población de menos de la mitad de la población.
La vacunación puede reducir la frecuencia de la aparición de nuevas variantes, pero no anula por completo la posibilidad. La Unión Europea vacunó completamente al 79% de los mayores de 12 años y, sin embargo, los nuevos contagios llegan a 2,5 millones por semana. Por el contrario, Sudáfrica tiene un total de 3 millones de casos registrados en toda la pandemia.
Hasta ahora, Ómicron se ha detectado en casi 400 casos en 32 países, incluidos EEUU, Reino Unido y Canadá. En Sudáfrica, los casos han aumentado drásticamente de 500 por día hace dos semanas a 11.535 por día, ayer. Además, el porcentaje de pruebas que dieron positivo aumentó del 16,5 por ciento el miércoles al 22,5 por ciento. Las hospitalizaciones también se han elevado con 1.172 sudafricanos ingresados ayer en hospitales públicos y privados en comparación con 1.250 personas hospitalizadas solo en los primeros cuatro días de esta semana.