Preguntémosle a un estadístico y nos hablará de probabilidades, combinatoria y de esperanza matemática. Con sinceridad, al usar todas estas herramientas cualquiera podría pensarlo dos veces antes de jugar la lotería y otros juegos de azar. Si la información está allí, ¿por qué estos juegos son tan populares? Por dicha, la acción humana no se reduce a razones matemáticas. Veamos qué hay detrás de la psicología de los juegos de bajo riesgo.
Factores psicológicos relacionados con las loterías
Antes de indagar sobre los procesos psíquicos que ocurren en nosotros, hay que tener en cuenta que forma parte de la naturaleza humana el juego, algo que compartimos con otros animales que juegan como forma de entrenamiento.
En vista de que tenemos una consciencia diferente, es natural que llevemos el juego más allá de la supervivencia para llevarlo al mundo de la diversión.
Fantasía del rescate
Freud, el padre del psicoanálisis, una escuela de pensamiento de la psicología que pone en énfasis la descomposición en elementos del proceso psicológico para explicar y proponer terapias acordes.
Freud explica que en situaciones de dificultad financiera, un golpe de suerte podría “rescatarnos” de la realidad y salir de los problemas de forma instantánea. Sentir esa emoción es agradable.
Naturaleza gregaria
Como bien dijera Aristóteles, el hombre es un animal social. Tendemos a seguir las decisiones que toma la mayoría cuando queremos tomar una propia sin pasar por la penosa, aunque fructífera en otras ocasiones, situación de buscar nuestras propias soluciones. Así, solemos comprar un boleto de lotería porque los demás lo hacen.
La percepción del bajo riesgo
La idea de ganar mucho con poco dinero es muy atractiva para cualquiera. “Si pierdo, sólo será una pequeña cantidad”, suele pensar el jugador de envite y azar. Y, la verdad, si está usando recursos que puede permitirse y que no impactarán en sus finanzas, ¿por qué no jugar? Es divertido al final.
Falacia del jugador
Se trata de la concepción de que es posible que esta vez sí gane en virtud de que ha perdido con anterioridad y esto influye, de alguna manera, en la posibilidad de que la próxima vez si sea su oportunidad de ganar. Por supuesto, esto genera bienestar porque le añade sazón al proceso de juego y experimentar el “¿y si gano esta vez?”.
Ilusión de control
Se refiere a la idea de que tarde o temprano vamos a ganar porque estamos usando nuestro número de la suerte. Incluso, es posible alimentar esta sensación aún más si usamos algunos medios de adivinación como la cábala, el tarot, el horóscopo, el i-Ching o el horóscopo por mencionar algunos.
Hábito
Si empezamos a jugar y acostumbramos el cuerpo a las sensaciones que nos provoca la experiencia, es natural que sigamos haciéndolo para seguir recibiendo los mismos estímulos así son los seres humanos y el hábito. Nos reímos de la caricatura del perro que se lanza a sí mismo un rama para divertirse. Tal vez nos causa risa porque, en el fondo, sabemos que también somos así.
Adrenalina
Por último, la protagonista de todas: la adrenalina. Cuando arriesgamos, sentimos una sensación de poder, como si todo lo que nos propusiéramos fuese posible. Y esa sensación se la debemos a la adrenalina, una hormona.
Para terminar, solo basta con añadir que las matemáticas, aunque ayudan, no lo explican todo. Mientras tanto, date una oportunidad de jugar. Aquí dejamos una lista de sitios para jugar loterías online.