Regina Freites | Sucre
Las pocas personas que tienen el privilegio de visitar el caserío indígena Guariquén, ubicado en los apartados caminos del municipio Benítez en el estado Sucre, sienten agradable impresión ante la exuberante belleza que viven al recorrer sus caminos por los que pareciera que el tiempo se detuvo hace muchos años atrás, ello dado a la falta de servicios para la atención de una población que se mantiene viviendo como en la época de la colonia.
¿No existen en el mapa?
La impresión cambia para los visitantes quienes sufren al ver las carencias que padecen los lugareños y la falta de atención gubernamental que solvente sus requerimientos; entre ellos la deficiencia en la electricidad que queda interrumpida frecuentemente por días, carecen de jornadas de alimentación, ante la limitación del acceso alimentario cuyos costos son elevados, la falta de planes habitacionales mantienen a varias familias hacinadas bajo un solo techo, muchos de los cuales son construidos de barro y bahareque, necesitan jornadas de fumigación para combatir las plagas y evitar la ploliferacion de enfermedades, así como el reforzamiento de la atención en materia de salud es vital, ya que en importante medida es cubierto de acuerdo a las posibilidades por Cáritas Carúpano, instancia que ha brindado en los últimos años una atención integral a los caseríos más vulnerables de la zona. «Nos urge atención en Guariquén», manifestó Macaria, una habitante del caserío.
Así como éstas deficiencias se encuentra su vialidad agricola sin asfaltado, tramo vial que colapsa por las precipitaciones siendo la única opción de salida alterna caminar por horas a pie o esperar el cambio de marea de las aguas de los caños para viajar por bote o curiara. El transporte público es escaso: los dos únicos camiones en funcionamiento colapsan por la cantidad de personas, viéndose obligados a viajar más de tres horas «como sardina en lata», y tanto este sistema de transporte como el fluvial requieren combustible para poder realizar la costosa travesía, de lo contrario se mantienen incomunicados.
Referente al punto, habitantes de la zona que abordaban una unidad para llegar al caserío plantearon: «Los agricultores pierden sus cosechas por no tener cómo sacarlas al mercado y cuando hay emergencias en los caseríos, al enfermo se tiene que sacar hasta en hamaca a pie por horas, porque son pocos los carros que pueden pasar por la carretera, tienen que ser rústicos y cuando llueve no puede pasar ninguno», plantearon.
«Que ayuden a Guariquén, que aquí no hay nada», expresó el vecino Domingo Amundarain, quien hizo el llamado al alcalde Ermilo Rojas, al gobernador del estado Sucre Gilberto Pinto y al gobierno nacional para que atiendan con más ahínco a las comunidades indígenas beniteñas, los cuales -expresó- «parece que no saben dónde queda Guariquén»