Soacha ya no tiene fronteras claras que la dividan de Bogotá. Sus habitantes van y vienen a la capital diariamente, soportando el denso tráfico que puede llevar, desde el corazón de la gran ciudad, más de una hora de recorrido. No es un barrio marginal, como algunos creen, es un municipio ubicado al sur de la Sabana, que desde finales de la década de los noventa se convirtió en uno de los principales municipios receptores de desplazados del conflicto armado, y desde 2018 de migrantes venezolanos.
La Unidad de Investigación Periodística del Politécnico Grancolombiano realizó la investigación “Soacha, dulce y hostil refugio en Colombia”, en la que puso su mirada en las condiciones sociales de este municipio, el problema de las tierras y lo que significa para quienes, tras ser despojados de todo, buscan en este territorio un lugar digno para vivir.
Soacha es un municipio ubicado al sur de la Sabana, cuyas tierras áridas dan vida a un paisaje rojizo y polvoriento sobre el que se levantan casas multiformes de ladrillos del mismo tono. Es ruidosa y apretada. Su gente humilde camina por estrechas calles, mientras los carros se apiñan en las escasas vías modernas que la conectan con la capital de Colombia.
Hoy tiene 808.288 habitantes, según la proyección poblacional que hizo el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en 2018, cuando ejecutó el último censo nacional, en el que anunció que este municipio tenía entonces 660.179 residentes. No obstante, Eleazar González Casas, alcalde de la época, se negó a aceptar la cifra y decidió realizar un censo “soachuno” con funcionarios del municipio para demostrar que allí vivían más de los que cabían. El conteo dio por resultado 1.0003.000 habitantes.