«Este indicador es el único disponible para hacer seguimiento de la economía en ausencia absoluta de cifras oficiales del BCV. ¿Sorpresivo?«, preguntó.
Dijo que este resultado es inusual: una economía que ha caído tanto, suele mostrar impulsos de crecimiento de mayor aliento una vez empieza a recuperarse. «Es raro un país que apenas empezó a recuperarse en 2021-2022, vuelve a estar ad-portas de la recesión».
«El resultado es inusual, pero no sorpresivo. Algunos hemos venido advirtiendo desde hace meses que el incipiente proceso de recuperación venezolana enfrentaba obvias limitaciones que hacían pensar que se agotaría rápido, que tenía un techo muy bajo», añadió.
Igualmente, enfatizó las tres características del crecimiento reciente: «1.- Angosta base sectorial: concentrado solo en comercio y servicios. 2.- Limitado alcance territorial: concentrado en burbujas urbanas. 3.- La débil base salarial: un ‘boom’ divorciado de la dinámica de ingresos laborales».
Con respecto al punto uno, manifestó que «el sector comercio sea el ‘motor’ de la recuperación es problemático: es de bajísima productividad y casi nulo valor agregado. Genera relativamente poco empleo, mayoría de jóvenes no calificados y bajos salarios. Límites al crecimiento del consumo agregado».
En cuanto al punto dos, resaltó que Venezuela «es hoy un país económicamente fracturado, el hecho de que la actividad económica esté tan concentrada espacialmente, genera enormes desigualdades regionales que limitan el acceso de millones de venezolanos a mejores ingresos laborales. Más límites al consumo.
En referencia al punto tres, indicó que «el mini ‘boom’ de consumo fue producto de impulso inicial después de la recesión y la pandemia. Una parte importante cabalgó sobre los salarios dolarizados que, a pesar de seguir en niveles bajos, estaban creciendo. Pero datos los datos del OVF indican que la dinámica salarial cambió luego de la devaluación y el choque inflacionario de fin de año de 2022. Los ingresos laborales se estancaron en un nivel muy bajo, en promedio, el sector más ‘dinámico’ en la ciudad con mayor actividad, ofrece unos US$ 140 al mes como salario».
«Los salarios privados bajos y estancados, sumado a los salarios de hambre de millones de trabajadores públicos y pensionados, limitan la masa de ingresos laborales que debería ser la que alimente el consumo. Esta es la piedra de tranca de este juego. Muy a propósito del 1 de mayo», detalló.
Zambrano precisó que el empleo y los salarios de otros sectores no están contribuyendo a la demanda, es decir, «la actividad económica, en general, no está produciendo los ingresos suficientes para fondear el consumo que permita que la rueda siga girando».
Puntualizó que con «fuentes externas (remesas, ahorros, ilícitos) finitas, el resultado está a la vista. Mucha oferta de salmón ahumado, vodka ruso y restaurantes voladores, pero sin demanda. En Caracas y otras ciudades es evidente la inversión comercial reciente con locales vacíos».
«Este frenazo es una tragedia para los venezolanos que apenas estaban levantando la cabeza después de años muy duros», añadió, al tiempo recalcó que las condiciones socioeconómicas generales, que habían mejorado marginalmente, «vuelven a recibir un fuerte golpe».
Con información de Finanzas Digital
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