“Perseguido”, pero “libre” y con ganas de “seguir peleando”. Así se mostró el sábado el expresidente catalán Carles Puigdemont, durante un baño de multitudes en Alguer, en la isla italiana de Cerdeña, de la que podría marcharse durante el fin de semana, aunque debe volver a comparecer ante un juez.
“Estoy muy contento de estar aquí, de disfrutar de este evento, cultural y lingüístico”, dijo a la AFP, rodeado de adeptos en las calles del casco viejo de la localidad, que reúne anualmente desde hace casi cuatro décadas a personalidades políticas y culturales de Cataluña y Cerdeña.
“Estoy acostumbrado a ser perseguido por España pero siempre termina igual. Estoy libre y seguiré peleando”, agregó.
Puigdemont, de 58 años, fue detenido el jueves por la noche a su llegada al aeropuerto de Alguer, donde preveía participar en un evento cultural en la localidad, que mantuvo una fuerte impronta catalana desde los tiempos en que perteneció a la Corona de Aragón.
El viernes fue liberado y tiene que comparecer ante la justicia italiana el 4 de octubre en una audiencia que girará en torno a su pedido de extradición formulado por España. Pero mientras tanto, puede abandonar libremente la isla y el país.
El actual presidente catalán, Pere Aragonès, viajó hasta Cerdeña para brindarle su apoyo y reclamó que pueda volver a España libremente.
“Esta puesta en libertad, no es una libertad completa hasta que no pueda volver a Cataluña libre, como un ciudadano libre”, dijo Aragonès tras reunirse con Puigdemont.
“Exigimos una vez más la retirada de todas las órdenes de detención”, añadió.
Puigdemont podría salir de Cerdeña el domingo tras una reunión con responsables políticos de la isla y volver a Bélgica, donde reside desde hace cuatro años.
El líder independentista está reclamado en España por sedición y malversación de fondos relacionados con el proceso fallido de independencia de 2017.
Cualquier decisión sobre su extradición puede llevar “semanas”, según los letrados.
Es la tercera vez que Puigdemont es detenido desde que huyó de España, la primera en Bruselas, a su llegada, y la segunda en Alemania, en marzo de 2018, donde los tribunales tardaron casi cuatro meses en devolverle la libertad total.
El expresidente, eurodiputado desde 2019, gozó durante un tiempo de inmunidad, pero fue levantada por las instancias europeas este año. Una decisión confirmada después por el Tribunal General de la Unión Europea.
Sobre él pesa una orden de detención europea emitida por España en 2019, que, según los abogados de Puigdemont, estaba suspendida a la espera de una decisión del Parlamento europeo sobre un recurso en torno a la inmunidad del exdirigente catalán.
AFP