Los privados de libertad en Venezuela a diario deben luchar tras las rejas, contra varias pandemias, aparte de la COVID-19, sin que estás sean atendidas oportunamente por las autoridades.
Se trata de que cada vez son más quienes padecen de desnutrición y tuberculosis dentro de los calabozos, según un informe de la organización no gubernamental Una Ventana a la Libertad, que defiende a la población reclusa.
Estas son las principales causas de muerte de los últimos años tras desplazar a las riñas como primer motivo de fallecimiento, destaca Carlos Nieto Palma, coordinador de la ONG Una Ventana a la Libertad, y Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Girón explica que debido a que la mayoría de los presos sufren de desnutrición, esta condición los hace presa fácil a cualquier otra enfermedad, en primer lugar a la tuberculosis.
Ellos advierten que la situación es extremadamente grave, y agrega que desde 2017 prácticamente 70 por ciento de las muertes son causadas por estas patologias.
Los reportes presentados por estas ONG detallan que, de enero a marzo de este año murieron en las cárceles 41 presos, de los cuales 21 fallecieron por problemas de salud; mientras que en los calabozos policiales el registro de muertes fue de 21; y 11 estaban relacionadas con las precarias condiciones sanitarias.
En este sentido, Nieto Palma sostiene que la mayoría de los presos están muriendo por tuberculosis, desnutrición y padecimientos respiratorios.
En cuanto a la”presencia de la COVID-19, asegura que en los centros penitenciarios no hay mucha información”.
“No se ha realizado ninguna prueba de despistaje y no se puede descartar si es COVID-19 o no. Ha habido un silencio bastante grande en ese aspecto con las cárceles y centros de detención preventivos”, condena el defensor de derechos humanos.
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