En los últimos años, el mundo, especialmente los países europeos, han venido hablando de lo que podría ser un “gran apagón” que afectaría de manera trágica a la infraestructura energética en el mundo.
Por semana.com
Como sacada de una película apocalíptica, esta historia ha tomado mayor relevancia de la que se pensaría entre las principales potencias del planeta, incluyendo a la Unión Europea (UE) y países adscritos a esta organización internacional, tales como Austria y Alemania.
De hecho, estos dos países son los que mayor importancia han decidido prestarle a la hipotética situación, asegurando incluso que “la cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo”, tal como lo detalló la ministra de Defensa de Austria, Klaudia Tanner.
Asimismo, Tanner dijo estar tan segura de que este hecho tendrá presencia en al menos los próximos cinco años, que en su país ya se ha empezado a planear y ejecutar la construcción de una infraestructura cuya base central no sea la electricidad; de esta manera, podrán salir avante en medio de la crisis que generaría el gran apagón en el Viejo Continente.
Un aprendizaje del pasado
Ahora bien, las ideas del Gobierno austriaco no nacen de la nada ni se comparten como un método para sembrar terror entre su población. Lo cierto es que en los últimos años esta amenaza se ha sentido tan latente, precisamente porque existen antecedentes que han llevado a los científicos y demás expertos a debatir alrededor de esta.
Uno de estos casos fue el que se presentó el 8 de enero de este año en una subestación de Croacia, cuando se reportó un fallo eléctrico que derivó en una caída de frecuencia que no solo afectó al territorio croata, sino que amenazó con causar graves daños en la red energética de países aledaños.
Por su parte, Alemania ha mostrado preocupación por el mismo tema, teniendo en cuenta que su población ya vivió una situación como esta “en carne propia” en 2006, cuando Münster experimentó un apagón de casi una semana durante la temporada de nieve que azotó dicha ciudad.
En consecuencia, desde hace más de diez años que los germanos decidieron empezar a preparar protocolos que les permitieran reaccionar de buena manera ante un gran apagón, y su difusión ha estado a cargo del Departamento de Protección Civil y Catástrofes de dicho país por medio de la distribución de folletos y la publicación de información en su página web oficial.
¿Por qué podría darse el apagón?
En medio de verdades que algunos consideran a medias debido a su porcentaje de “validez o error”, los países preocupados por lo que podría ser este gran apagón han indicado que el mismo se podría dar, entre tantas opciones, por una tormenta solar que viaja con rapidez a la Tierra.
El pasado 3 de julio se reportó por varias agencias especiales en todo el mundo una erupción en el Sol, que superó con creces a una detectada en 2017.
Al conocer esta información, varios medios de comunicación se atrevieron a asegurar que, de acuerdo con el Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos (SWPC), el impacto de esta gran erupción con el planeta podría causar “un apagón de área amplia de la comunicación por radio HF (alta frecuencia)” durante aproximadamente una hora.
Sin embargo, la NASA indicó que esta situación no tendría por qué alarmar a ningún país, ya que ni la velocidad que llevaba dicha tormenta, ni las que se podrían dar en el futuro, afectarán las telecomunicaciones ni mucho menos las redes eléctricas alternas a estas.
Aún con esto, los países europeos siguen en alerta, asegurando que ya sea por una tormenta solar o por un ciberataque terrorista u otro tipo de amenaza, el gran apagón será un hecho y podría presentarse de aquí a 2026.