EL ALTO MANDO
Desde los tiempos del dictador Marcos Pérez Jiménez no se había visto tanto despliegue de los lujosos uniformes -inspirados en esa época presidencial- como se ha podido observar en la foto oficial del nuevo alto mando militar. Aunque la atención nacional estuvo concentrada en el Koki y los grupos de civiles armados de la Cota 905 con sus dosis de muertos y heridos, la foto oficial de los generales y almirantes frente a un mural de Pedro Centeno Vallenilla en el Círculo Militar fue la comidilla entre civiles y uniformados.
La colega Sebastiana Barráez lo resumió muy bien en estos párrafos: “El hecho de ascender a 32 generales de División en el Ejército, es decir, más que los 30 generales de brigada, demuestra fehacientemente que Nicolás Maduro implosiona la estructura de funcionamiento en la Fuerza Armada Nacional. Además de los otros generales de división, ascendió a 14 en la Aviación Militar y 20 en la Guardia Nacional Bolivariana, así como a 17 vicealmirantes. A esa lista hay que agregarle los nuevos mayores generales y generales en jefe. Es significativo que eso suceda precisamente en el Ejército, donde asciende a más generales, 62 en total. Es el componente más importante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que ocupa los principales comandos y poder de fuego de la institución castrense en el país. Por supuesto que a cada oficial que asciende lo hace feliz, porque eso significa el acceso a privilegios, pero se aleja bastante de la sana competencia donde anteriormente, con excepciones, prevalecía el mérito de ser el mejor, el más preparado, el más capaz de comandar soldados”.
Ella explica que “Nicolás Maduro hace un uso de los ascensos como el comodín para mantenerse, en apariencia, como el líder de la institución que, por orden de la Constitución Bolivariana, debe tener el monopolio de las armas. Pero no ha logrado tener ese liderazgo y ascendencia necesaria, por lo que debe mantener al general en jefe Vladimir Padrino López como ministro de la Defensa, que es quien da la cara por la institución, aunque en casos como lo sucedido en Apure, con el enfrentamiento entre militares y guerrilla, esa reacción haya sido tardía”.
“Al ordenar los ascensos por grado y según el número de los grados inmediatos superiores que ocupan, se evidencia que esa estructura no tiene para nada forma de pirámide que es fundamental para el cumplimiento de los pilares que sostienen a la institución armada: obediencia, disciplina y subordinación”.
Por otra parte, escucho a un buen amigo militar, ya retirado, quien enfático me señala: “No creas en pajaritos preñados… es falso que Diosdado haya montado a sus amigos en ese nuevo alto mando. Toda la cúpula del poder militar es de gente fiel a Nicolás Maduro, y él y Cilia Flores los seleccionaron minuciosamente. Es a ellos dos a quienes les deben lealtad. No al país ni a la FANB. Ni siquiera al ministro de la Defensa, quien solo cumplió órdenes para no contrariar al presidente que lo ha ratificado en el cargo cada año desde 2014. Es decir que lleva 7 años seguidos al frente de MinDefensa”.
En tanto, tras “evaluar a fondo”, el mandatario decidió “hacer una renovación necesaria para la continuidad de los planes, pero para imprimir nueva energía, nueva fuerza” en los mandos militares de la Fuerza Armada. El mandatario designó al almirante Alexander Velásquez Bastidas como el nuevo comandante de la Armada, en sustitución del almirante William Serantes Pinto, y designó al mayor general Félix Osorio como nuevo comandante del Ejército, reemplazando al mayor general Domingo Hernández Lares. Este, por su parte, fue nombrado nuevo jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEO-FANB) sustituyendo al almirante Remigio Ceballos -un chavista que estaba al frente desde 2017-, convirtiéndose así en el siguiente al mando castrense detrás del ministro de Defensa.
Un duro golpe para el marino, quien era uno de los “radicales duros” de Nicolás. Como jefe del Estado Mayor del CEO-FANB, el siguiente a cargo después de Hernández Lárez, Maduro designó al mayor general Juan Du Boulay Perozo, en lugar del mayor general José Adelino Ornelas Ferreira, quien gozaba de la confianza de Hugo Chávez. En la Aviación, ratificó al mayor general José Rafael Silva, en el cargo desde 2020. Al frente de la Guardia Nacional -cuerpo militar encargado del orden público y hoy al frente de los cuestionados peajes y controles en las carreteras de todo el país- Maduro nombró al mayor general Juvenal Fernández en reemplazo del mayor general Fabio Zavarse Pabón. Las jugadas del ajedrez uniformado traen a la promoción del 90 a las máximas posiciones logística y operacional de las FAB. Amanecerá y veremos…
¿QUIÉN LA ENCARGÓ?
Cité en mi programa por @VivoPlay (también por @TVV e @IVC) que había circulado entre algunos de los negociadores -o dialogantes- en las reuniones que se han venido celebrando en Europa, “una encuesta flash” encargada por algún país de los allí convocados, realizada en Caracas entre los días 23 al 27 de junio de 2021, etiquetada como “Estudio Flash: sector político y militar, credibilidad y preferencia”.
Los detalles que allí aparecieron causaron revuelo entre algunos sectores. Como siempre, cuando aparecen datos que no les gustan, salieron los que de inmediato los atribuyen al régimen, al G2 cubano o a los “tontos útiles que caen en sus trampas”. Pues si bien es cierto que no cité el origen, hoy lo cuento gracias a que un tuit de @omarestacio confirmó su existencia: fue encargada por el gobierno de España a una encuestadora local en Caracas a través del CNI, Centro Nacional de Inteligencia del Reino de España.
Revisando documentos encuentro las funciones del CNI: “La misión general asignada al CNI es la de facilitar al presidente del Gobierno y al Gobierno de la nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones. Esta misión se concreta en diversas funciones (art. 4 de la Ley 11/2002) que definen sus cometidos y ámbitos de actuación y que, anualmente, se detallan y desarrollan en la directiva de Inteligencia”.
Por otro lado, “los gobiernos utilizan en ocasiones a los servicios de inteligencia como un canal discreto de enlace y comunicación entre Estados cuando la vía diplomática habitual no existe o por la razón que sea no conviene utilizarla”. Siento que el gobierno de Sánchez quería saber algo más preciso de la situación de Venezuela y sus líderes. Buena idea fue entonces para seguir adelantando las conversaciones en Europa. Mucho más tras las recientes acciones del régimen con acoso y prisión contra los dirigentes opositores.
DESDE ESPAÑA
Lo declaraba hace unos días quien fuera embajador de España en dos oportunidades intermitentes, Jesús Silva. Reiteraba que “una constante de la política española en Venezuela es que queremos que haya un acuerdo pacífico que conduzca a la democratización del país. No hay alternativas. Nada que no sea negociado es una alternativa. Nadie defiende la opción violenta. Defendemos que sea un proceso pacífico y democrático. Luego es un problema de voluntad y de voluntad de aceptar la alternancia en el poder. Y ahora Maduro no la acepta. Lo ha dicho directamente. Que nunca más gobernará la oposición en el país», apunta el diplomático. Tiene un buen concepto sobre la labor de Zapatero en 2017 y 2018. Ayudó a la liberación de presos y logró avances. Pero después ya no podía seguir porque no le acepta la oposición”.
¿COPIANDO A NICARAGUA?
Cuando escribo acaba de suceder la detención del dirigente político y diputado Freddy Guevara bajo acusaciones de “terrorismo y traición a la patria, tener vínculos “con grupos extremistas y paramilitares asociados al Gobierno colombiano”.
Horas antes el propio Maduro había acusado a Leopoldo López y otros dirigentes de VP y PJ de financiar a los criminales de la Cota 905 que tienen ese sector bajo su control y donde hubo “supuestos” enfrentamientos con militares activos. Pareciera, con el pasar de los días, que fue una “victoria” montada para que la almiranta y ministra del Interior ganara puntos para su candidatura de “alcaldesa del Distrito Capital” en las venideras elecciones de noviembre. Cerrando estas líneas la detención de Freddy Guevara y el acoso con funcionarios policiales armados y disparando alrededor de Juan Guaidó parecen “TORPEdos” a la línea de flotación de una concertación, una negociación, una aproximación, que se ha venido dando gracias al Reino de Noruega en suelos europeo y estadounidense.
El poder enceguece y los pone a inventar conspiraciones y conspiradores -de baja ralea- que nadie en su sano juicio puede creer. Y afuera se conocen, se saben, las argucias inverosímiles del madurismo en estos 8 años de su gobierno.