Reporteros sin Fronteras (RSF) pide a las democracias que tomen medidas para obligar a China a cambiar su política de represión creciente contra la prensa, y que se traduce por ejemplo en que el régimen de Beijing es “la mayor cárcel para los periodistas” en el mundo, con al menos 127 de ellos entre rejas.
Por Infobae
En un informe titulado “El gran paso atrás del periodismo en China”, RSF denuncia “la campaña sin precedentes llevada a cabo estos últimos años por el régimen chino contra el periodismo y el derecho a la información en el mundo entero”.
Su secretario general, Christophe Deloire, advierte de que si las autoridades de Beijing continúan en esa dirección, “los ciudadanos chinos corren el riesgo de perder la esperanza en ver un día la libertad de prensa instaurada en su país”.
Para evitarlo, Deloire hace un llamamiento a las democracias para que identifiquen “todas las estrategias adecuadas para disuadir al régimen de Beijing de continuar sus políticas represivas” y que al mismo tiempo apoyen a los chinos que “aman a su país y a la vez quieren defender el derecho a la información”.
Este llamamiento se produce después de que Estados Unidos indicara el lunes pasado que no enviará a ningún representante diplomático a los Juegos Olímpicos de invierno de 2022 en protesta por las violaciones de los derechos humanos en el gigante asiático.
RSF detalla en su informe “la estrategia de Beijing para controlar el acceso a la información en el interior y en el exterior de sus fronteras”, analiza “las herramientas de la represión de los periodistas utilizadas por el régimen” y el empeoramiento de la libertad de prensa en Hong Kong.
Explica que para los periodistas chinos, el simple hecho de investigar es un tabú y publicar informaciones censuradas les puede costar años de cárcel en “prisiones insalubres donde los malos tratos pueden suponer la muerte”.
También cuenta el “sistema de intimidación de los corresponsales” basado en “la vigilancia y el chantaje con el visado”, que ha forzado a 18 de ellos a salir del país en 2020. Además, hay tres corresponsales de medios extranjeros de origen chino (Gui Minhai, Yang Hengjun y Cheng Lei) que están detenidos por espionaje.
CENSURA
El pasado 29 de noviembre, la web del diario español ABC, uno de los principales del país europeo, se encontró censurada en China después de que ese medio publicara un perfil del presidente Xi Jinping y una crónica sobre las desapariciones temporales de personajes famosos.
El corresponsal de ABC en Asia desde 2005 y con base en Pekín, Pablo M. Díez, confirmó que la edición digital del periódico, hasta ahora accesible, “desde ayer (28 de noviembre) no se puede abrir” salvo empleando una aplicación VPN que sortea la censura.
”No hemos recibido ninguna notificación oficial pero todo apunta a que se debe a dos artículos publicados durante el fin de semana”, explicó el periodista en referencia a dos textos de su autoría: un perfil del gobernante chino incluido en una serie sobre dictadores comunistas y un reportaje sobre famosos que desaparecieron temporalmente tras tener problemas con el Gobierno chino.
ABC se suma así a los diarios españoles El País y El Confidencial, que también tienen el acceso a sus páginas web bloqueado desde dentro de China, al igual que medios internacionales como los estadounidenses The New York Times y The Washington Post o los británicos The Guardian y BBC, entre otros.
”La censura siempre es triste y por desgracia en China estamos viendo que cada vez es más frecuente”, dijo el informador, que el año pasado recibió el Premio al Mejor Corresponsal otorgado por el Club Internacional de Prensa de España por su trayectoria en Asia y su cobertura de la pandemia de la covid-19 en el país asiático.
En sus 17 años en el gigante asiático, el corresponsal lamenta haber visto “la censura y la represión en aumento” en China, en especial desde la llegada al poder del actual mandatario.
”Y ahora nos ha tocado a nosotros”, agregó el periodista, para quien “seguir informando es lo único que nos queda”.
Además de numerosos medios de comunicación, las autoridades chinas mantienen también bloqueado el acceso a las principales redes sociales y de comunicación occidentales, entre ellas las plataformas Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y la aplicación de mensajería WhatsApp.
Con información de EFE