Militza Rodríguez Charr, joven venezolana nacida en Caracas, se fue a Nueva York hace unos años con el fin de estudiar Diseño de Comunicaciones y con una idea muy clara en mente: regresar a su país cuando terminara el aprendizaje y quedarse a vivir aquí para mostrar y desarrollar lo aprendido.
Estos objetivos se cumplieron, aunque con ciertas variaciones, debido a la nostalgia y la melancolía que le provocaban el permanecer mucho tiempo alejada del terruño. Se gradúo, sí, en Diseño de Comunicaciones como se había propuesto, pero a mitad de carrera también se interesó por las artes plásticas.
En 2016 empezó los estudios de diseño en la Gran Manzana y en 2017 comenzó a hacer los cuadros de arte abstracto que está desarrollando y de los que ha hecho hasta ahora alrededor de 15 o más series. Le bastó un año para sumergirse en el mundo del arte y apartarse del diseño.
«Básicamente el proyecto que voy a exponer en la Galería de Arte Nacional es como una carta de amor dirigida a mi país. Yo fui a Nueva York a estudiar diseño, pero siempre con la idea de volver. No me veía quedándome afuera, sino formándome para luego emplear todos lo aprendido acá. Al final eso fue lo que hice», señala Rodríguez Charr.
Terminó graduándose en el diseño en 2020, en The New School, Parsons School of Design BFA Communication Design, pero no se está dedicando a esa actividad que igual tiene muchos elementos de la condición artística. Por el contrario, al regresar a Venezuela escogió seguir por el camino de la pintura.
«Me inspiré porque en esos cinco años que estuve en Nueva York, pensando que siempre quería volver, pasé por momentos de adversidad e incertidumbre, porque extrañaba mi casa. A pesar de que estaba físicamente en Estados Unidos, mi corazón y mi hogar están aquí en Caracas y quería tener un pedacito de mi país conmigo», recuerda la joven artista.
Azules del mar
Militza Rodríguez relata cómo aprendió a sobrellevar la situación de nostalgia en la que estaba, cuenta que, decidió empezar a realizar cuadros abstractos, trabajos en los que buscaba plasmar los recuerdos más gratos que tenía de su país. Esos recuerdos, afirma, estaban en los colores de las costas venezolanas, de las islas cercanas, de los azules del mar vistos desde el aire.
«Eso fue lo que intenté plasmar de manera abstracta y estoy muy contenta con el resultado. Me identifico mucho con la palabra alquimia, que significa trasmutación de los materiales, y eso es lo que planteé hacer en ese proyecto. Aprender a convertir unos sentimientos de nostalgia en algo bonito que me incentivara y me diera el poder de cambiar las experiencias negativas que había tenido en algo positivo, algo innovador, algo que me ayudara a expresar mi punto de vista y mi voz. Esos son básicamente los cuadros que he realizado», refiere.
El Criptoarte
Militza Rodríguez Charr, quien se define como «apasionada de cualquier proceso creativo» y aspirante a directora creativa y artística, mostrará sus sentimientos plasmados en cuadros en una exposición que abrirá el próximo 26 de junio a partir de las 10:00 de la mañana en la Galería de Arte Nacional (GAN).
La artista venezolana también experimentará por primera vez en la modalidad del criptoarte.
El criptoarte, según explica Jack Garzón, CEO en marketing digital y criptomoneda, nace del bitcoin pero sobre una plataforma denominada Ethereum, que sirve para programar contratos inteligentes. La plataforma es descentralizada a diferencia de otras cadenas de bloques. Es programable, lo que significa que los desarrolladores pueden usarlo para crear nuevos tipos de aplicaciones descentralizadas.