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Un juicio iniciado esta semana en Brooklyn (Nueva York) permitirá conocer más detalles sobre una vasta trama de corrupción que tenía como eje central a empresas registradas en Curazao, y que salpicó a las estatales petroleras de México, Ecuador y Venezuela.
Por Javier Ignacio Mayorca | Crónicas del Caribe
El litigio ventilado en la corte del Distrito Este de la ciudad estadounidense contra el ex ejecutivo de Vitol, el mexicano Javier Aguilar, confirma la existencia de un esquema de pagos por contrataciones e información privilegiada, ejecutados a través de las empresas de Curazao Lionoil y Zanza Oil, pertenecientes al neerlandés Lionel Hanst.
El 23 de febrero, tomó el estrado el ex gerente de la subsidiaria de Pemex (estatal petrolera mexicana) PPI, Carlos Espinosa. Según la agencia Bloomberg, durante la comparecencia bajo juramento él reconoció haber recibido los sobornos de Aguilar, a cambio de información sensible que permitiera a Vitol ganar las contrataciones. Recordó que en sus conversaciones telefónicas ellos decían que las coimas eran “dulces para las fiestas”.
En esa misma audiencia, el fiscal Derek Ettinger tomó el testimonio del director de Lionoil.
Hanst afirmó que utilizaba las dos compañías de papel registradas en Willemstad para hacer los pagos a más de veinte intermediarios de distintos países, que participaban en el esquema ilegal.
En 2023, este neerlandés llegó a un acuerdo con los fiscales estadounidenses, y ahora está obligado a testificar en todos los procesos judiciales ocasionados por esta investigación.
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