Expertos aseguran que un nuevo mandato de Daniel Ortega aislará al país y derivará en más sanciones que a su vez fomentarán migraciones.
Cinco años más de Daniel Ortega en la presidencia de Nicaragua, después de unas cuestionadas elecciones que lo catapultaron a su quinto mandato, resultarán en más sanciones y desatarán una crisis en el país antes de terminar el mismo, aseguran expertos y observadores.
La mayor parte de la comunidad internacional considera que el proceso “no cumplía con las garantías democráticas”, después que Ortega encarcelara a decenas de opositores, entre ellos siete candidatos a la presidencia.
Con este panorama, Ortega “se va aislar del resto del mundo”, aseguró a la Voz de América Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento con sede en Washington, D.C.
El experto señaló que el mandatario nicaragüense, a pesar de ser consciente de las críticas desde el exterior, está dispuesto a “aguantarlas” y “no va a moderarse ni a ser menos dictatorial”.
“Creo que Ortega está completamente determinado a mantener su control y a no permitir ningún desafío a su mandato. Esa es la fórmula que ha mantenido y, hasta ahora, ha sobrevivido”, sostuvo.
El analista político nicaragüense exiliado en Costa Rica Enrique Sáenz dijo que otros cinco años más de gobierno de Ortega, a contar desde el lunes, 10 de enero de 2021, cuando juró por quinta vez el cargo, podrían agravar la situación de los ciudadanos en ese país con una nueva crisis.
Según Sáenz, con su reelección Ortega no conseguirá apoyo popular, sino «prolongar por un tiempo su permanencia en el poder», lo cual desembocará en una crisis antes de que cumpla su mandato.
«Esta crisis va a detonar más tarde o temprano, pero ciertamente no en cinco años», dijo Sáenz. «No sabemos cuando, pero lo que sí sabemos es que Ortega no dispone de ningún instrumento para contener ni la crisis política, ni la de ámbito internacional, ni la económica», agregó.