Por: Carolina Isava.-
Este evento astrológico estelar llegará el 30 de abril ocurrirá estando en 10°, es decir con lentitud. Los eclipses de sol tiende a marcar nuevos comienzos, puede simbolizar la desaparición momentánea de nuestro potencial interior. Con él, sentimos la ausencia de poder personal, de voluntad, de la capacidad de visualizar metas.
Este tipo de fenómeno es conocido por atraer cambios radicales y repentinos, por lo que podríamos experimentar una transformación en lo que valoramos y queremos. En todos los tiempos los eclipses son temidos, pues éstos siempre han pronosticado sobre catástrofes, plagas, revoluciones o la caída de un imperio. Recordando un poco que en la astrología el Sol es el «Yo», y en astrología política es el «Gobierno» de turno en cada país, por lo que el eclipse influirá en lo personal y el lo colectivo.
Este primer eclipse del año astrológicamente se encontrará en el eje Tauro-Escorpio una potentísima Luna nueva que nos activará cosas que teníamos que resolver. Sin embargo por ser Luna nueva en los días anteriores y posteriores no se recomienda tomar grandes decisiones.
El consejo es que le bajemos el ritmo a nuestra vida, frenemos y desaceleremos para poder medir lo que vamos a iniciar, recordando que Urano puede evitar que nos asentamos, trayendo consigo cambios constantes e inesperados, estrés y ansiedad.
Mantegamos la proactividad en los cambios y la flexibilidad, no debemos resistirnos, fluyamos.
Por otra parte con Urano en Tauro esto tendrá un efecto muy fuerte conjunto a al Eclipse, donde habrá interrupciones súbitas en los mercados financieros, además de alteraciones y cortes en el sistema eléctrico.