Tras la inauguración y habilitación este primero de enero del puente internacional Atanasio Girardot, conocido como “puente de Tienditas”, fue evidente la celebración por parte de los habitantes de la frontera, cuando vieron pasar los primeros vehículos con placas colombianas por las principales calles de Ureña y San Antonio.
Luz Dary Depablos // Corresponsalía LaPatilla.com
Este lunes el paso de vehículos hacia ambos países, se ha mantenido en completa normalidad, pues aunque el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, informó que se permitirá circular vehículos venezolanos por la ciudad de Cúcuta durante esta semana sin el Seguro Obligatorio de Accidentes de Transito (Soat), muchos venezolanos temen que levanten la medida antes de tiempo y luego tengan que pagar altas sumas de dinero.
Igualmente, decenas de motorizados venezolanos cruzaron a Colombia a primeras horas de la mañana, pero en horas de la tarde funcionarios de la Guardia Nacional les prohibieron ingresar a Venezuela, al parecer por “una orden superior”. Esta situación también se registró en horas de la tarde del domingo, cuando los militares intentaron impedir a motorizados colombianos regresar a su país, ciudadanos que lograron retornar luego de denunciar eso a los medios presentes en la inauguración.
“Por ahora, carros particulares venezolanos pueden acceder libremente a Cúcuta durante estos 8 días y en las próximas horas se publicarán las rutas donde se podrá adquirir el Soat”, resaltó Jairo Yáñez, alcalde de Cúcuta, al finalizar la habilitación del puente internacional.
El alcalde de Cúcuta, ha manifestado en reiteradas ocasiones no estar de acuerdo con el ingreso de vehículos venezolanos a la capital del Norte de Santander, debido al colapso vehicular que se genera diariamente solo con los vehículos colombianos, a pesar de aplicar pico y placa.
Insistió que en Cúcuta se está poniendo en operación “el plan de movilidad y seguridad, movilidad sostenible, que apunta a bajar la importancia al transporte privado, es decir, el espacio público es para la gente y las vías son para el transporte público”.
Por lo que recomendó a los venezolanos a utilizar transporte público, a su juicio para “evitar que las personas tengan que pagar parqueadero, peaje, pagar el seguro que será obligatorio a partir del próximo lunes, mientras tanto la parte segura es pasar con el transporte público”.
En el caso de los ciudadanos con vehículos colombianos que deseen pasar Peracal, es decir, la principal alcabala de la frontera, hasta donde está permitido el paso sin restricciones, para poder llegar a otros municipios del Táchira o a otros estados de Venezuela, tendrán que adquirir un Seguro de Responsabilidad Civil, Certificado Médico y pasaporte sellado de quienes viajen en el vehículo.
La inauguración inició pasada la una de la tarde de este domingo primero de enero, con la bendición de monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal y el arzobispo emérito de Villavicencio (Colombia), Oscar Ortega, quienes abogaron por la hermandad y la fraternidad entre ambos países.
Los himnos de Venezuela y Colombia, también fueron entonados antes de cortar las cintas, para dejar inaugurado y habilitado el cuarto puente internacional que une a Táchira con Norte de Santander.
Una vez concluido el acto protocolar, las autoridades colombianas caminaron hasta el centro donde funcionarán todas las instituciones de seguridad y migración del lado venezolano. Allí, ministros colombianos y representantes regionales del régimen sostuvieron una reunión en privado.
Una caravana de vehículos oficiales de Colombia, fue la primera en cruzar el puente Atanasio Girardot y los primeros en pasar la frontera después de 7 años de cierre unilateral y arbitrario.
Cerca de las 3:00 pm, inició el paso de vehículos particulares de manera simbólica, pues solo pasaron los vehículos particulares de funcionarios venezolanos. Mientras del lado colombiano se mantenían vallas en los tres canales de acceso al puente, por lo que los vehículos debieron ingresar por los mismos canales de la salida, vallas que fueron retiradas este lunes en la mañana.
En el puente del lado colombiano, estaban las tres tanquetas de guerra, que siempre hacen recorrido en la frontera de Colombia, además había poca presencia militar y de funcionarios de Migración, a diferencia del lado venezolano, que estuvieron presentes efectivos de todos los organismos de seguridad.
Al concluir el paso simbólico de los vehículos, monseñor, Mario Moronta, manifestó que “el diálogo es la clave, pero el diálogo no es escuchar al uno o a otro, sino buscar consensos y buscar políticas comunes que favorezcan la integración, que eliminen toda la ilegalidad, lo irregular, que no sea un diálogo de sordos, que no sea un diálogo entre las altas esferas del poder, sino que incluya a los gremios, que incluya a las iglesias, que incluya a la iglesia católica y a las otras iglesias”.
“Sueño con el día que aquí como lo hemos hecho hoy con este acto, se encuentren los presidentes de Venezuela y Colombia, no solamente para reafirmar la fraternidad, sino para soñar hacia adelante la Venezuela y la Colombia, que todos soñamos”, puntualizó.
Por otra parte, José Antonio Salazar, canciller encargado de Colombia, quien estuvo presente en los actos protocolares, también resaltó que continúan realizando “todas las gestiones que sean necesarias para normalizar finalmente las relaciones diplomáticas entre los dos países”.
“Nosotros estamos adelantando desde la Cancillería, las gestiones para abrir lo más pronto posible, los consulados de San Cristóbal, Maracaibo, San Antonio y los demás consulados en frontera”, dijo el Canciller.
Igualmente resaltó que el gobierno de Colombia, “designó una Cónsul General de Colombia en Venezuela, diplomática, que tiene rango de Embajadora, quien tomará posesión antes de finalizar el mes de enero”.
Los habitantes de la frontera, esperan que esta reapertura total de los pasos binacionales se mantenga y permita que se recupere la economía en ambos lados de la frontera, donde las restricciones sean las requeridas en materia de seguridad y no para afectar a familias enteras tal como ha ocurrido en los últimos siete años.