Según las autoridades, hasta el 3 de abril van 44 detenidos por presunta corrupción en empresas del Estado, el poder judicial y otras instituciones. Un estudio sobre los mapas de relaciones de los encarcelados muestra cómo tantos y tantos nombres rodean a Tareck El Aissami que, sin embargo, sigue estando libre de polvo y paja… hasta ahora.
Cierto es que el país se pregunta dónde está El Aissami, y las autoridades deberían responderlo así como precisar si el exfuncionario es o no objeto de averiguaciones por las tramas de corrupción denunciadas recientemente.
Pero otro nombre ha pasado por debajo de la mesa, y por segunda vez: Asdrúbal Chávez.
El primo del «comandante eterno» estuvo en la presidencia de Pdvsa desde abril del año 2020 hasta enero de 2023 cuando fue sustituido por Pedro Tellechea. Antes, ejerció como ministro de Petróleo entre 2014 y 2016, y además se desempeñó como presidente de Citgo (2017-2019), filial de la estatal venezolana en Estados Unidos. Venía de ser vicepresidente de Refinación, Comercio y Suministro desde mayo de 2007, ratificado en 2014 por Nicolás Maduro.
Recientemente el fiscal general Tarek William Saab, designado por la extinta asamblea constituyente, declaró que el Ministerio Público ha investigado 31 tramas de corrupción desde 2017.
Pero Asdrúbal Chávez nunca es mencionado. Es el único de los directivos de Pdvsa que ha pasado liso en todas las acusaciones de corrupción, tanto de la era Rafael Ramírez como de la era Tareck El Aissami. ¿Por qué?