Para: Qué Pasa en Venezuela
Desde Berlín: Martha Escalona Zerpa
Kevin Costner, a sus 69 años de edad es el director y el actor principal de «Horizon». Costner ha vuelto a realizar un western histórico monumental, una saga de cuatro películas de cine, de las cuales ya se han terminado dos y la primera, titulada «Horizon: Chapter One», se encuentra ahora en los cines de Alemania.
Horizonte es un título adecuado porque tiene un doble significado: como un marcador de límite que también apunta a un destino: un no-lugar que espera ser transformado en un lugar real.
En el centro de la película está el acaparamiento de tierras, que es la historia de los pioneros, la colonización del Oeste americano, desde el primer martilleo de las primeras estacas de madera en medio de la nada.
Será pueblo pionero homónimo de Horizon con sus colonos fundadores, los recién llegados, los granjeros, las prostitutas, los cazarrecompensas y los vecinos hallanados: nativos americanos.
Como en los westerns de John Ford, el Monument Valley, es un escenario visualmente impresionante. Como Ford, Costner ve el western como un cine clásico y sin embargo actual, llevado por la creencia de que, a pesar de todas las adversidades, las personas son capaces de determinar libremente sus propias circunstancias y de moldearlas según sus necesidades.
Kevin Costner lo arriesgó todo en su tetralogía del western «Horizon», pero el primer pistoletazo de salida le salido mal. Las cifras de taquilla en EE.UU., con las que arrancó la primera parte de esta película, son ahora algo así como un fracaso para él. Han sido tan malas que el estreno en EE.UU. de la segunda parte, que ya está terminada, ha sido cancelado. Y es cuestionable si las partes tres y cuatro podrán ser filmadas.
Sin embargo, Kevin Costner va a llevar la segunda parte al festival de cine de Venecia a principios de septiembre. Aun tiene la esperanza de despertar un nuevo entusiasmo allí, para encontrar nuevos compañeros de armas. Sigue creyendo que su mayor locura narrativa no fue una mala idea, sino simplemente una forma de revelación cinematográfica.
La primera parte ya está en los cines alemanes. Los críticos de cine y cinéfilos se hacen solo una pregunta: ¿Podrá salvarse su gran proyecto fílmico en las tres próximas películas?
Al poco rato de comenzar la película con una duración de más de tres horas, el primer colono y su hijo se convierten rápidamente en cadáveres disecados por la intemperie y el sol incandescente.
En «Horizon: Chapter One», hay no menos de 170 papeles hablados, además de innumerables extras. Se podría pensar, con este elenco, se podría fácilmente conquistar el Oeste norteamericano de nuevo. Pero no es fácil dejar una impresión duradera en este ajetreo. El hombre, por ejemplo, que clavó la primera estaca para el nuevo asentamiento de Horizon 1859 en el río Santa Fe yace en la siguiente escena como una escena como un cadáver momificado por las moscas en la hierba. Los apaches de la región no dejaron invadir sus tierras.
Estas tres primeras horas no tienen un arco narrativo que lo unifique todo, aparte del impulso básico de ir hacia el Oeste. «Horizon: Chapter One», tiene, sin embargo, paisajes muy bellos y multifacéticos, que nos recuerda imágenes de su clásico debut como director con «Bailando con lobos».
Una historia pareciéra ser central en la saga: el de la esposa (Sienna Miller) del colono que huye con su hija a un túnel de tierra luego de un ataque apache, en el que acaban con el asentamiento.
Su hijo de 15 años se queda con su padre para atrancar la puerta y luchar contra los indios y ya está claro que no sobrevivirá. Costner ocupa este corto pero trágico papel con su hijo menor Hayes.
Otra historia paralela es la de un clan familiar de las montañas de Montana, que parece estar formado íntegramente por bastardos. El padre casi muere de un disparo nada más empezar. Pero la matriarca (la concurrida actriz secundaria Dale Dickey, cuyo rostro se ha convertido en una especie de cifra del endurecimiento de los backwoods americanos) envía a sus dos hijos psicópatas a una venganza.
Y luego está la historia de la prostituta independiente Marigold (Abby Lee) en un pequeño pueblo de Wyoming, quien seduce al tratante de caballos Ellison (Kevin Costner en el papel) Ellison es un hombre taciturno y tímido con las mujeres, que no puede resistir este ataque seductor. Es un papel hecho a su medida. Es la franqueza de Costner: ese rostro americano claro, con su nariz particularmente recta que nos hace pensar en su entereza.
Kevin Costner tuvo que empreder esta saga. Porque, como él mismo ha comentado en entrevistas, lo ha venido trabajando desde 1988. Y luego de décadas y con mil rechazos encima, se sintió abrumado por la sensación de que esto tenía que hacerse ya. Con lo cual invirtió su propio dinero. Según sus propias cifras, ha gastado 38 millones de dólares hasta ahora, pero podría, pero bien podrían ser más de 100.
¿Qué clase de narrador de cine pasa tanto tiempo trabajando en sus ideas? ¿Y quién sigue creyendo tanto en ellas con el paso de los años que estaría dispuesto a saquear su propia cuenta bancaria por ellas? Esta lista es corta. Aparte de Kevin Costner, sólo hay Francis Ford Coppola y su proyecto «Megalópolis», que pronto se estrenará en los cines alemanes.
La perseverancia y empeño de Costner encaja muy bien con la tesis de «Horizonte» (y, de paso, de «Yellowstone»): En Estados Unidos, todo empieza y acaba con la propiedad de la tierra. La tierra permite invertir y crecer, pero también hay que defenderla. Y no se puede morir sin defender lo ocupado y hecho propio.
No obstante, hay que decirlo, la primera parte de la gran saga «Horizonte» simplemente termina en nada. No hay una parada intermedia en la dramaturgia, como ocurre con las partes individuales de «La guerra de las galaxias» o «El señor de los anillos», a las que les gusta la idea de que la historia se acaba.
Eso no consigue con Kevin Costner. Ni siquiera existe la forma más simple de pseudo-fin dramatúrgico, el llamado cliffhanger.
Después de unas tres horas, todos los hilos narrativos simplemente se detienen donde están. Y, de repente, comienza un montaje que ya anuncia lo que ocurrirá en la segunda parte.
En «Horizon» quedamos en ascuas. No se sabe nada. Aún faltan demasiadas cosas. Por los momentos, solo ha sido una vida de polvo y suciedad, carrozas rodantes en busca de la tierra prometida «Horizon», mujeres, hombres e infantes en busca de un lugar para asentarse, contruir un hogar, acabando, eso sí con los pueblos originarios norteamericanos. Pocas décadas después solo tendrán un reservat para vivir.
Y sin embargo, como un buen cineasta visionario, uno desea que Kevin Costner pueda al menos completar su visión y mostrarla completa y asi terminar su gran proyecto fílmico de lo que fue la transformación poblacional y urbana de los Estados Unidos de América.