Finlandia, uno de los países más felices del mundo, está sufriendo para encontrar trabajadores extranjeros que solucionen su déficit de mano de obra.
“Actualmente es ampliamente reconocido que necesitamos un número impresionante de personas (…) para ayudar a cubrir los costes de la generación envejecida”, explicó Saku Tihveräinen, un cazatalentos durante una entrevista con AFP.
La mayoría de los países occidentales se enfrentan a un envejecimiento demográfico, pero pocas han sentido su efecto como es el caso de Finlandia, un país con 5,5 millones de habitantes.
El país europeo cuenta con cuatro mayores de 65 años por cada diez personas en edad de trabajar. En 2030, esta proporción subirá a uno por cada dos, lo que la situaría por detrás de Japón a nivel mundial.
El gobierno calcula que necesita un saldo migratorio de 20.000 a 30.000 personas cada año para mantener sus servicios públicos y compensar el inminente déficit en el sistema de pensiones.
Entre los profesionales más buscados, se encuentran personal sanitario españoles, metalúrgicos eslovacos, informáticos o expertos marítimos rusos, indios o filipinos.
A pesar de sus buenos servicios públicos y bajo nivel de criminalidad, Finlandia sufre para captar talento extranjero debido a su idioma, su clima y su tejido empresarial.
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