Desde Berlín: Martha Escalona Zerpa
Especial para: Qué Pasa en Venezuela
Fotos: Archivo & Prensa Berlinale 2024
«Yo vi tres luces negras» es la película debutante del joven director colombiano Santiano Lozano Àlvarez, comunicador social y con un máster de guión para cine y televisión.
Su película fue seleccionada para la sección Panorama del festival de Berlinale 2024 y es de hecho una de las más sobresalientes, no sólo en esta sección sino del mismo festival debido a su impecable narrativa, su buena coreografiada fotografía, sus diálogos breves pero reveladores, y la cámara siempre inmersa en la selva y el expectador junto con ella.
El anciano José de Los Santos (interpretado por el actor Jesús María Mina) está a cargo de los rituales funerarios de su pueblo en el litoral pacífico colombiano y es el curandero herbolario de la región.
Sus conocimientos de plantas curativas las ha recibido de su padre, y a la vez su padre de su padre, todos ancestros esclavos africanos.
Es un saber que se ha transmitido de generación en generación, pero que está a punto de perderse. La juventud de hoy, se lamenta José de Los Santos, se marcha de la región buscando trabajo fácil o se enrola en la guerrilla.
Un día, el alma de su hijo Pium Pium (Julián Ramírez) le anuncia su propia muerte y le ordena encontrar el camino hacia su origen, lejos de la aldea donde vive en condiciones gran precariedad.
Se tiene que ir por los caminos enrevesados de la selva tropical, en medio de una guerra de intereses políticos y económicos entre la guerrilla, los paramilitares y el gobierno colombiano.
Su última tarea es urdir todos los desafíos que atentan contra él y mantenerse con vida hasta llegar al lugar de su último descanso, donde lo estará esperando el alma de Pium Pium.
Su hijo fue asesinado por los fóraneos que destruyen la selva para escavar profundos hoyos en la búsqueda ilegal de oro. Su cuerpo no fue hallado nunca.
Desde mediados del siglo XX, Colombia ha sido escenario de uno de los conflictos guerrilleros y paramilitares contemporáneos más complejos del mundo.
Los movimientos militantes surgieron, en gran parte, como respuesta organizada a la intervención imperialista estadounidense que respaldó a los grupos de extrema derecha y acabó desembocando en una guerra civil, que aún persiste.
Las mayores víctimas de este conflicto sin resolver son los pueblos civiles de la Colombia rural, donde la oscura historia del colonialismo español y la esclavitud ha dado lugar a comunidades afrocolombianas con un vibrante sentido de la cultura, la espiritualidad y el amor a la tierra.