Para: Qué Pasa en Venezuela
Martha Escalona-Zerpa, desde: Berlín
¿Quién puede garantizar que el alunizaje de 1969 no fue un simple montaje? La película «To the Moon» (A la Luna) y la serie «Para toda la humanidad»(All Mankind) juegan virtuosamente con los encantos de una contrahistoria.
Los astronautas dejaron una placa «Vinimos en son de paz para toda la humanidad»en la Luna por la misión estadounidense Apolo 11 en junio de 1969. Aunque se desconoce exactamente dónde se encuentra exactamente y en qué condiciones. Sin embargo, hay gente que duda de que alguna vez hubiera astronautas en la Luna.
Esta teoría de la conspiración fue alimentada en 1976, por ejemplo, por un libro que hablaba de un «engaño de 30.000 millones de dólares» y que, significativamente, fue autopublicado. Desde que Neil Armstrong puso por primera vez su pie izquierdo sobre la superficie de la Luna en el Mar de la Tranquilidad, y al hacerlo lanzó al mundo una cita legendaria: «Este es un pequeño para el hombre, pero un gran paso para la humanidad» el alunizaje ha sido un punto culminante en la historia de la humanidad y para muchos también un marcador biográfico: uno de esos raros momentos que sirven de auto-orientación: ¿Dónde estaba yo cuando estas imágenes dieron la vuelta al mundo?
Las canciones de transfondo en el curso de la película: «Blue Moon » o refieren a un atmósfera de la sociedad norteamaericana de aquel entonces.
Quizá se queden con «To the Moon», la nueva película protagonizada por Scarlett Johansson y Channing Tatum, que se burla de todos los que dudan de la autenticidad de las imágenes de la Luna.
«To the Moon» tiene punto comunes con la serie «For All Mankind», que despliega todo el complejo de la exploración del espacio cercano en un fascinante universo de historia alternativa. Incluso un pequeño thriller espacial como «I.S.S.», que se estrenará en el cine a mediados de julio 2024, se inscribe en una coyuntura actual de lo lunar y lo planetario, aunque trate principalmente de una estación espacial en órbita en la que una tripulación rusa y otra estadounidense tienen que jugar de repente a la guerra mundial.
Como todas las coyunturas, esta puede basarse en coincidencias, pero no por ello deja de revelar patrones que nos dicen algo sobre el momento actual. Tanto «To the Moon» y «For All Mankind» tienen una clara ubicación comercial: ambas pertenecen al mundo del Grupo Apple.
«To the Moon» se inspira evidentemente en los atractivos de una contrahistoria, El guión de Rose Gilroy hace hincapié en la cuestión que, naturalmente, resuena aún con más fuerza en la era de las noticias falsas: ¿Quién puede garantizar que el Apolo 11 no fue sólo un montaje? Gilroy ancla astutamente esta duda en el corazón del proyecto.
Inventa a una mujer llamada Kelly Jones, que trabaja en el sector de la publicidad en Nueva York. Kelly se limita a presentarse ante los jefes y jefes de departamento, y llega un momento en que su reputación alcanza el punto de poder hacer literalmente cualquier cosa, incluida la política. Un tal Moe Berkus (Woody Harrelson), quien trabaja para Richard Nixon, el presidente aún recién llegado al poder en ese momento y por el que el EEUU progresista siente poco aprecio.
Kelly es destinada a hacer relaciones públicas para la NASA y porque siempre hay un senador que prefiere gastarse el dinero en otra cosa que no sea el viaje a la Luna, Kelly Jones le encandila con uno de sus muchos acentos sureños para ganarse el financiamiento.
Scarlett Johansson interpreta a este personaje con un claro guiño a su gran predecesora Marilyn Monroe y, en general, con un acento nostálgico. Su contrapartida es Channing Tatum, que se mueve con gran destreza por el gran campo que en su día delimitó Cary Grant en la comedia americana. La pequeña conspiración «To the Moon» es, en efecto, ante todo una comedia romántica, pero sólo se vuelve ingeniosa al anidarse en un acontecimiento que se ha transmitido históricamente hasta el más mínimo detalle, lo que significa que apenas hay lugar para las sorpresas o la invención.
Y, sin embargo, Rose Gilroy y el director Greg Berlanti encuentran este espacio. El hecho de que haya imágenes del aterrizaje del módulo lunar y de los primeros pasos en el satélite se basa en una pequeña conspiración de » To the Moon » y en una valiente maniobra que frustra un flagrante intento de «control de mensajes». El universalismo que reivindicaban las misiones lunares estadounidenses ya tenía entonces mucho que ver con el poder mediático. Hoy, sin embargo, el contexto ha cambiado en dos sentidos.
El mundo multipolar también está formando sus propios universos de representación. La naturalidad con la que el sistema aeronáutico estadounidense se percibía como global se está perdiendo poco a poco. Y, al mismo tiempo, está en marcha una nueva carrera espacial a otro nivel con potencias insurgentes como China, la India, Pakistán o inluso Brasil y po supuesto con una Rusia cada vez más militarizada y transgresora.