?El gigante asiático, potencia mundial emergente, tiene años haciendo negocios con una Venezuela gobernada por sus aliados políticos y comerciales del chavismo. Pero en 2014, por alguna razón, dos de sus empresas emblemáticas del sector de tecnología, ZTE y Ceiec, precisaron de la intermediación de este abogado venezolano, dueño de la empresa de recolección de desechos Fospuca, para acceder a información privilegiada del mercado criollo y, en última instancia, conseguir contratos con las telefónicas locales Cantv y Movistar. A cambio, este recibió 28 millones de dólares.
Por MARCOS DAVID VALVERDE / armando.info
Hay personas que saben estar en muchos frentes a la vez. José Simón Elarba es una de ellas. Mientras descolla en varias facetas a las que no duda en hacer promoción -abogado, exitoso hombre de negocios, amigo de poderosos en todos los bandos políticos y empresariales-, tras bastidores desarrolla otra: la de intermediario. Esa destreza de conexión se le descubre al revisar los Pandora Papers, la filtración de más de 11,9 millones de documentos procedentes de 14 proveedores internacionales de servicios offshore que recibió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), y que éste compartió con más de 150 medios en 117 países, entre ellos, Armando.info por Venezuela.
En 2014, dos empresas chinas del sector de telecomunicaciones recurrieron a esos servicios paralelos de Elarba. Una, China National Electronic Import & Export Corporation (Ceiec), lo contrató por 15 millones de dólares como asesor y proveedor de información privilegiada para la obtención de contratos con Telefónica de Venezuela (Movistar), empresa privada de telefonía móvil, Internet y TV, sucursal de la española homónima, que ahora vende todas sus operaciones en Hispanoamérica.
ZTE Corporation fue la otra empresa de origen chino que pagó entonces los servicios de Elarba. La factura fue por 13 millones de dólares. Además de esa factura, la filtración contiene la transcripción de un intercambio de correos que permite conocer que el fin de la negociación era obtener contratos de la estatal Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv).
Los entretelones de esas transacciones quedaron registrados en papeles filtrados desde la sucursal panameña de una empresa fiduciaria con sede en Hong Kong, Asiaciti Trust. Esta proveedora de servicios offshore trabajó para Elarba a partir de 2016, con la intención concreta de abrir a su nombre empresas en Singapur y las Islas Cook, un archipiélago del Pacífico Sur. El aval que Elarba presentó para esas diligencias de registro offshore fue el conjunto de recibos de los 28 millones de dólares que cobró en septiembre de 2014 de sus contrapartes chinas.
Ambas empresas chinas tuvieron o tienen alguna implicación con las actividades de vigilancia electrónica y control social de la autodenominada Revolución Bolivariana. En el caso de ZTE, una investigación de la agencia Reuters en 2018 concluyó que esta había colaborado en la elaboración del sistema con el que funciona el programa gubernamental Carnet de la Patria, la principal base de datos clientelar del chavismo. Sobre Ceiec pesa una sanción emitida por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por “socavar la democracia (al) restringir el servicio de internet y llevar a cabo una vigilancia digital” en connivencia con el gobierno de Nicolás Maduro.
Y a ambas las asesoró Elarba a cambio de pagos millonarios en dólares.
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