Las clases a distancia surgidas por la pandemia de covid-19 dejaron un vacío educativo en estudiantes de diversos niveles, la modalidad virtual generó un lapsus en el cual la mayoría quedaba en la práctica sin acceso a los contenidos necesarios, ya sea tanto por vivir en zonas con continuas fallas eléctricas o de internet, por el nulo acceso tecnológico, o por el poco tiempo y disposición de madres, padres y representantes para hacer el acompañamiento en las actividades, sin contar el factor de la falta de dinero que se necesita para costear refuerzos académicos extras, como tareas dirigidas y clases particulares.
Luego de dos períodos académicos en virtualidad y un irregular regreso presencial a la vida escolar en el período que terminó en julio de 2022, docentes y especialistas se encontraron con un número preocupante de estudiantes —tanto en instituciones públicas como privadas— que no alcanzaron a completar las competencias mínimas necesarias para pasar de grado, año o nivel, y en otros casos simplemente olvidaron lo aprendido.
Coinciden en que el sistema de educación ya arrastraba, desde antes de la modalidad virtual, un déficit de aprendizaje agudizado por las pésimas condiciones laborales de maestros, la deserción, la diáspora, entre otros, por lo que la pandemia solo profundizó y evidenció el daño preexistente.
Preescolar
“Durante el encierro, muchos niños de educación inicial que no acudieron a un preescolar o tuvieron que hacerlo a distancia, se saltaron una etapa crucial de interacción social en otro ambiente, con sus compañeros y docentes. Al regresar a clases fue más notoria la timidez e inseguridad en ellos, que en los que ya venían de un proceso de escolaridad”, asegura Lolimar Salas, psicopedagoga y psicoterapeuta motivacional de un colegio privado de Caracas.