Con el incremento de pacientes oncológicos se observa que cada vez más se trata de jóvenes y que acuden al médico en los estadios más avanzados de la enfermedad. Es la realidad de estos pacientes que se sienten desprotegidos por un sistema de salud público que no garantiza las consultas de especialistas, diagnóstico precoz y el tratamiento continuo. Desde la Fundación de Pacientes Oncológicos de Venezuela (Fundapov), estiman que hay alrededor de 3 mil en el estado Lara con el aumento de 30% en seis meses y obligados a buscar atención en otros estados del país y en el extranjero.
A veces el sacrificio de la familia no es suficiente y sólo les queda encomendarse a Dios, sobre todo cuando ameritan radioterapias, cuyo costo es desde $3 mil en centros privados. En la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, el pasado jueves se recordaba la necesidad de financiamiento en planes para luchar contra el cáncer, principalmente de mama y cuello uterino debido al aumento en 24% de la mortalidad, es decir, unos 30 mil fallecidos al año. Además está el incremento de 7% de la morbilidad (cantidad de enfermos) en el país.
Milagros Seijas, presidenta de Fundapov, fundación que agrupa alrededor de 350 pacientes, manifestó que están cansados de protestar, así como de entregar solicitudes ante instancias como Defensoría del Pueblo y hasta al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que no han sido respondidas. “Nosotros estamos en la hora 0 porque nadie nos escucha y seguimos sin un sistema público para los pacientes oncológicos”, rezonga.
Recuerda que se trata de una enfermedad que arrastra a toda la familia, quienes deben conseguir dinero para financiar el gasto permanente de controles médicos. “Se habla mucho de prevención, pero cómo hacerlo cuando estás obligado a acudir al centro de salud privado y no tienes $100 sólo para un chequeo de rutina”. Seijas lamenta que hay mujeres que no tienen para consultas de más de $50, mamografía de $40 y ecografía de $30 en centros privados.
Reconoce la iniciativa del alcalde de Iribarren, Luis Jonás Reyes, con la atención de abrir algunos en radioterapia, pero no es suficiente para la entidad. Mientras que aplaude a la Gobernación de Carabobo por la iniciativa de instalar dos equipos radiótomos y asegurar radioterapias desde el sector público. Alternativas que consideran los pacientes oncológicos larenses en la angustiante búsqueda de este tratamiento.
Lamenta que en su mayoría los paciente deben buscar recibir radioterapias en Zulia, Aragua y Caracas, a fin de cumplir su tratamiento que puede ir desde 20 hasta 30 sesiones, de acuerdo a la exigencia de cada paciente. También resalta que la salida desesperada llega a extenderse hasta Colombia para ser atendidos de manera gratuita y aún así deben tener el dinero para los pasajes y arriendo durante el tiempo que sea necesario. Se conoce de un caso de una paciente de cáncer de mama y que “remató” su casa en $600 para terminar de reunir los pasajes. No podía esperar porque hubiese perdido esa oportunidad de radioterapias y lo más probable sería fatal retroceder en el proceso de tratamiento.
Son constantes
Al entrar a la Sociedad Anticancerosa en Barquisimeto se ven pasillos muy concurridos con pacientes esperando por sus consultas de especialistas que les garanticen una atención de calidad. Gilmaris Pérez, gerente de Recursos Humanos, confirma que se han mantenido activos durante la pandemia con dos oncólogos que atienden pacientes de nuestro estado y de Portuguesa, Yaracuy, Trujillo y hasta de Mérida.
Precisa que los precios son más accesibles, sólo se paga 15% del costo de una consulta privada y en promedio atienden 16 pacientes diarios, quienes traen su tratamiento del Seguro Social (IVSS) y les facilitan algún fármaco, de acuerdo a la disposición por donaciones. Cuentan con dos pabellones y las principales cirugías son de seno y gastrointestinal. Además de realizar entre 15 a 20 mamografías al día, al precio de $20.
Sus jornadas son permanentes y llegan a atender hasta 150 mujeres, una manera de autogestión para asegurar recursos que garanticen su operatividad. Les preocupa la recuperación del equipo de radioterapias, para lo que se necesita alrededor de $70 mil, luego de alrededor cuatro años parado. La meta es ofrecer el servicio a menor costo en la entidad.
Se ven atados
Ana Iris Sequera es mastólogo y lamenta que la situación socioeconómica sea la principal traba para que la mayoría de las personas prevengan el cáncer y los enfermos descuiden el tratamiento porque no cuentan con la asistencia del sector público.
En su consulta, un promedio de 20 pacientes son atendidas, 10 tienen la confirmación de cáncer y las 10 restantes esperan resultado de biopsias, de las que generalmente resultan cinco con la enfermedad. Lo más triste es que la mayoría es gente joven.
Son mujeres jóvenes, en su mayoría de 26 a 28 años de edad que sólo acuden a buscar ayuda cuando el dolor e incomodidad se hacen insoportables. “Puede ser más fácil hacerle frente a un cáncer en los primeros estadios, pero generalmente llegan en la fase 3 y 4, siendo muy avanzado”. Se siente impotente por la morbilidad más temprana, con mayor probabilidad de muerte. Todo es relativo a las lesiones, las cuales en mujeres mayores pueden desarrollarse por 20 años, pero en pacientes jóvenes la muerte llega más rápido.
A la doctora Luzmila Leal le toca estar como paciente y se enfrenta al cáncer con el mayor optimismo. “Los pacientes oncológicos se sobreponen a la lucha permanente, pero desde el Anticanceroso se tiene la calidad de atención”, exclama y admite que varias veces le ha tocado sobreponerse a los altibajos del ánimo de esta enfermedad.
Reconoce lo difícil de la prevención en estas circunstancias y llama a la campaña permanente de protección al paciente oncológico, para evitar el desgaste y pérdida de la calidad de vida.
Se entienden las limitantes económicas del Estado, pero el recordatorio es para insistir en la prevención. No esperar que despierte la agresividad del cáncer.
Urge la recuperación de los centros de salud económicos
Milagros Seijas, desde Fundapov, lamenta que el Servicio Autónomo de Oncología (SAO) perdió la capacidad de respuesta. Su operatividad se ha limitado a las consultas, así como aplicar quimioterapias sin llegar al alcance general. Se hace portavoz de esos pacientes que han reportado hasta las fallas del aire acondicionado.
Considera que está en una condición crítica, como si estuviera liquidado. Ha perdido su carácter autónomo y está sujeto al Hospital Central Antonio María Pineda. Rechaza el hermetismo oficial cuando se han hecho denuncias de espacios anegados de aguas blancas y servidas.
Refiere que las quimioterapias gratis que aplican en los hospitales Luis Gómez López y Pastor Oropeza benefician a unos pocos solamente. “Mientras no se instale un verdadero sistema, prácticamente nos vemos resumidos a una farmacia de alto costo”, se queja Milagros Seijas y cuestiona que algunos pacientes han recibido tratamiento vencido en varias oportunidades.
Seijas se niega a dejarse caer en la resignación, pero considera que la situación es despiadada ante las dificultades que empiezan por la falta de dieta saludable para la población. Comer sólo carbohidratos termina saciando el hambre, pero se sigue sacrificando el contenido proteico que debemos ingerir. Algunos se las ingenian y pueden consumir ocasionalmente una pieza de pollo y otros se las ingenian para preparar la sardina, para lograr tener un mínimo de proteína animal en el organismo.
Eleva su voz de protesta también por el resto de pacientes crónicos, quienes también deben levantarse con más esperanza para seguir resistiendo. Se solidariza con los renales en su dependencia al riñón artificial y hasta con los hipertensos, diabéticos y otros que ameritan tratamiento permanente.
Cáncer colorrectal en jóvenes
Ante la incidencia de casos en más jóvenes, el cirujano colorrectal, Luis Carrasco, se preocupa porque anteriormente se tenía una incidencia de diagnosticados a partir de los 40 a 45 años. Pero en la actualidad se atienden pacientes de 20 a 30 años de edad.
Señala que no se tiene la data exacta, mientras la preocupación sigue siendo por los jóvenes con esta enfermedad y que generalmente se asocia a diversos factores externos.
Recomienda la prevención para evitar acudir al especialista cuando la enfermedad ya está avanzada. Para saber si se tiene cáncer de colon es necesario practicar una colonoscopia. Los principales síntomas son el sangrado al evacuar, cambios de rutina al defecar y la irregularidad en la consistencia, color u olor. Además de la persistencia de dolor.