Especial desde Berlín
Para: Qué Pasa en Venezuela
Martha Escalona Zerpa
La película danesa Otra Ronda (en alemán: Der Rausch) había estado dando que hablar en los medios de comunicación, mientras todos estabamos en casa en pleno aislamiento social y los cines estaban cerrados globalmente. Y así, Otra Ronda fue sumando una larga lista de reconocimientos en Europa y en Hollywood con cuatro premios en la 33ª gala de los galardones del cine europeo, y el Oscar como Mejor Película Extranjera y Dirección.
El fabuloso actor danés Mads Mikkelsen, se llevó el premio a mejor actor en el festival de San Sebastián de 2020. Vinterberg triunfó en mejor dirección, y además junto con Tobias Lindholm lograron obtener el premio de mejor guion.
El punto de partida de Otra Ronda es la historia de un grupo de amigos, cuatro profesores de un liceo en Copenhage que un día convienen un plan conjunto de aumentar el consumo de alcohol durante las horas de clase, retándose mutuamente a mantener diariamente un nivel de 0,5 gramos de alcohol en la sangre. Y a ver qué pasa con la dinámica de las clases, que se habían convertido en horas amargas y aburridas, así como la vida familiar monótona y sin alegría. Un desconcierto también en lo personal. Una autopercepción rasguñada.
Pero en realidad no se trata de ningún experimento extraordinario como los profesores quieren argumentar, o mejor dicho, intelectualizar, sino la desdicha y la insatisfacción existencial que se cierne sobre la vida de cada uno de ellos, protagonizados por los actores Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe y las esposas encarnadas por las actrices Susse Wold y Maria Bonnevie
Otra Ronda es una magnífica alegoría de lo que para muchos y muchas significó la inesperada y brusca arremetida de la pandemia, que paralizó el planeta entero desde marzo del 2020 hasta al menos junio del 2021 cuando comenzaron las campañas de vacunación, sobre todo en el continente europeo.
La alegoría alude al malestar y a la desdicha de tante gente que encontró un mal consuelo con el excesivo consumo de alcohol ante la soledad, la cuarentena y al aislamiento obligado durante la pandemia. Se ha bebido más a solas acabando en borracheras tristes y sin consuelo.
Thomas Vinterberg, un director y autor de películas que sacuden y despiertan, llevaba décadas dándole vueltas a la idea de hacer ésta película con la temática del consumo de alcohol desde el punto de vista del mero placer dionísico y catártico, sin apelar a la moral y al sentido común. Una verdadera provocación a la realidad sobre los estragos que el alcohol causa a nivel orgánico y psíquico, pero también a nivel social, etc.
En palabras de Plinio el Viejo: In vino veritas, el alcohol tiene el efecto de aligerar la conciencia y la auto-censura, de desinhibir, de incentivar la espontaneidad y la franqueza. Muchos personajes de la historia universal, sobretodo hombres, han sido conocidos por su afición a empinar el codo sistematicamente, como Churchill, Roosevelt, Hemingway, Truman Capote, Hunter S. Thompson, Scott Fitzgerald, entre otros.
Pero está claro que con un consumo permanente de alcohol, los problemas no se resuelven sino se complican y producen una adicción crónica que termina en una auto-destrucción. Caer en los brazos de Dionisos no es la tabla de salvación. A esta verdad tuvieron que llegar los cuatro amigos durante las borracheras que se propiciaron descontroladamente. Imposible olvidar el rol de Nicolas Cage en la película Leaving Las Vegas (1995).
A lo largo de Otra Ronda vemos a cada uno de los profesores sobrellevar los efectos del experimento hasta la escena final, donde con unos tragos de más, en la fiesta de clausura de los estudiantes, bailan hasta más no poder como si ese baile fuese el acto de liberación de lo experimentado. ¿Es el fin a la visión romantizada del consumo etílico? ¿El fín de la resaca?
Y a todas estas nos queda en la memoria la soberbia interpretación de Mads Mikkelsen, que es sencillamente embriagante. El caído héroe danés que no sabe qué hacer con su vida y con lo que el paso del tiempo ha hecho de él. Una enorme nostalgia por recobrar el goze de vivir y la vitalidad perdida. Un desdichado antihéroe profesor de historia.