Natalia Rendón fue la fiscal clave en la caída de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel. Durante casi 11 años, participó de las labores de inteligencia que culminaron con su captura el pasado sábado en Necocli. En diálogo con EL COLOMBIANO, la actual directora de la seccional de fiscalías de Medellín, narró algunos de los detalles de la investigación y perfil criminológico del máximo cabecilla del Clan del Golfo.
Por Camilo Osorio Sánchez| El colombiano
¿Qué fue lo más difícil para dar con Otoniel?
Lograr información de sus anillos de seguridad y fuentes que estuviesen dispuestas a colaborar con la justicia.
Pero lograron tener a una persona infiltrada, ¿cómo fue posible?
Fue muy difícil. A Otoniel no tenían acceso varias personas y los que lo tenían, no podían estar de manera constante. Es un hombre muy desconfiado. Pero después de mucha paciencia, interceptaciones y perfilamiento de personas cercanas, logramos que alguien se infiltrara. Sentíamos terror de que fuera descubierto.
¿Qué les contó ese agente encubierto?
Que tenía un sistema tecnológico para escanear el cuerpo de toda persona que se le acercaba. Era tan desconfiado que enterraba hasta un chicle que masticaba, porque creía que tenía algo con lo que podían ubicarlo cuando pasara un avión.
Si era tan desconfiado, ¿cómo se comunicaba con sus subalternos?
Mediante correos humanos y grabaciones. Tenía personas específicas que podían grabarlo. Encontramos audios en memorias USB y escritos con sus órdenes.
Intentaron ubicarlo en otras oportunidades, pero se les escapaba, ¿Qué hacía cuando se estaban acercando?
Siempre estuvo rodeado de sus anillos de seguridad que dificultaban acercarse. Cuando se percataba que había un operativo, cambiaba de sitio dentro del Nudo de Paramillo, por lo que nos tocaba alinear de nuevo todo. Eran operativos planeados con filigrana.
¿Se movía por otros lados de Colombia?
No, siempre se movía en el Urabá, en el Nudo de Paramillo.
Antes del sábado, ¿habían estado cerca de capturarlo?
Todos los operativos fueron de una milimetría absoluta. Llegábamos hasta la zona geográfica, pero se frustraban de alguna manera.
¿Qué fallaba?
En uno de los primeros operativos de Agamenón, se nos accidentó una persona de la fuerza pública, eso hizo que nos tocara parar para atenderlo. Era una zona selvática, de difícil acceso, incluso para los helicópteros. Si alguien de sus anillos de seguridad podía detectar a los infiltrados en la zona, frenaba toda la operación.
¿Cuál era su talón de Aquiles?
Todas las personas tienen vínculos con su núcleo familiar, aunque se han capturado a algunos de sus familiares. No tenía un punto débil, diría que es un conjunto de actividades: la fiscalización de sus hombres de confianza, filtración de sus finanzas; todo esto incidió para que él se diera cuenta que no estaba tan protegido como creía.
En las fotos de su captura se ve tranquilo, sonriente, ¿Cómo es él?, ¿Cómo describe su perfil?
Él no dudaría en ordenar un acto criminal. Por su forma de hablar podría entenderse como una persona tímida, pero era escuchado por sus subalternos. Es de muy pocas palabras, tímido desde niño, prefiere no hablar mucho.
¿Es un capo excéntrico?
Las condiciones no le permitían ser ostentoso, no sé si antes, pero tenemos insumos de que tenía comunicaciones donde ordenaba a los subalternos tener disciplina con las mujeres y la fiesta.