El gobierno de Joe Biden analiza en consulta con el Congreso «las herramientas que existen ahora y que podrían existir” para seguir presionando a Daniel Ortega, mientras aboga por una respuesta diplomática multilateral.
Con cinco de sus más fuertes contrincantes detenidos, el presidente de Nicaragua pareciera preparar el camino hacia unas elecciones hechas a su medida, mientras pone a prueba los “límites” de la respuesta internacional, indicaron varios expertos consultados por la Voz de América.
Ortega conoce de la presión extranjera en todas sus formas: declaraciones, resoluciones de organismos, protestas y hasta sanciones a él y su núcleo más cercano. Pero hasta ahora no ha experimentado el impacto que pueden generar las sanciones dirigidas al sector económico, una vía que impulsan legisladores estadounidenses.
Entre las opciones presentadas a la Casa Blanca por una comisión bipartidista del Senado está revisar la participación de Nicaragua en el Acuerdo de Libre Comercio entre Centroamérica y República Dominicana y «utilizar las herramientas disponibles», entre ellas la ley Nica Act, aprobada en 2018, para sancionar a individuos y sectores de la economía de ese país.
Una estrategia similar ha sido aplicada al gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela, sin alcanzar los resultados esperados hasta el momento.
Cynthia Arnson, directora del programa de Latinoamérica del Centro Wilson, con sede en Washington, indicó: «Nicaragua no es Venezuela», “No tiene petróleo, es un país mucho más pequeño, mucho más dependiente a la economía internacional para sobrevivir», explica.
Sin embargo, advierte sobre el efecto «muy negativo» de estas acciones, «más que nada sobre la población y no sobre el régimen en sí mismo».
Con Información de: VOA / Foto: AFP