Los cientos de miles de trabajadores humanitarios de todo el mundo que dedican su vida a ayudar a las personas necesitadas representan «lo mejor de la humanidad», dijo el máximo responsable de la ONU.
«Lejos de los reflectores y de los titulares, los trabajadores humanitarios trabajan sin descanso para hacer de nuestro mundo un lugar mejor», afirmó.
«Contra increíbles obstáculos, a menudo con gran riesgo personal, alivian el sufrimiento en algunas de las circunstancias más peligrosas imaginables», agregó.
La Asamblea General de la ONU designó el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria en 2008 para conmemorar el aniversario del bombardeo en 2003 de la sede de la ONU en Bagdad, Irak, en el que fallecieron 22 trabajadores humanitarios.
El lema de este año, «Se necesita una aldea», destaca el hecho de que siempre y dondequiera que haya personas en crisis, hay otras que las ayudan.
«Esta aldea incluye a las personas afectadas que siempre son las primeras en responder cuando ocurre un desastre: vecinos que ayudan a vecinos. Incluye una comunidad mundial que se une para apoyarlos mientras se recuperan y reconstruyen», dijo el jefe de la ONU.
«Y también incluye a cientos de miles de trabajadores humanos, voluntarios y profesionales por igual. Prestando atención sanitaria y educación. Alimentos y agua. Refugio y protección. Ayuda y esperanza».
El número de personas que necesita ayuda humanitaria nunca ha sido tan elevado, debido a los conflictos, el cambio climático, la pandemia de COVID-19, la pobreza, el hambre y unos niveles de desplazamiento sin precedentes.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es una oportunidad para celebrar a los trabajadores humanitarios de todo el mundo, dijo Guterres. «Saludamos su dedicación y su valor y rendimos tributos a quienes perdieron la vida en persecución de esta noble causa. Ellos representan lo mejor de la humanidad», agregó.