Por: Karla Ávila Morillo / @QPEV_
En un mundo en constante transformación, donde día tras día todo evoluciona rápidamente, la marca Santa Teresa decidió embarcarse en un emocionante viaje de renovación. Este cambio de imagen no solo representa una nueva estética más vanguardista, sino que simboliza su pasión y propósito, además del compromiso con el progreso comercial de la primera productora de ron de nuestro país, la cual tiene 227 años de tradición y maestría venezolana.
Es por ello que conversamos con Bernardo López, director de negocio internacional e impacto de Ron Santa Teresa, para conocer de cerca lo que significa para ellos darle un refrescamiento a la imagen de una de las marcas de ron más célebres del mundo.
Renovar la imagen de “Santa Teresa 1796” es revitalizar su esencia.
Durante la entrevista sostenida, nos comenta que “Santa Teresa 1796”, al ser el ron super premium más galardonado del mundo y verse en constante crecimiento, además sujeto como marca, a mayor observación mundial ya que tiene presencia en más de 90 países, les surgió la idea de buscar una agencia especializada en empaques de lujo, encontrando a una prestigiosa agencia inglesa que en el pasado se ha encargado de diseñar muchas de las botellas de lujo del mundo, y así fue como en equipo estratégico asumieron el proyecto, siendo la primera vez que trabajaban con una marca venezolana.
Los creativos de dicha agencia viajaron a Venezuela para conocer la historia de la Hacienda Santa Teresa y el talento humano que ahí labora, en una superficie de 3000 hectáreas que arropa un museo, además un complejo agroindustrial, turístico y deportivo ubicado en la localidad de El Consejo, en el estado Aragua.
El producto final de la propuesta creativa les fascinó, comenta Bernardo: “Nos trajeron este diseño que nos encantó porque resalta elementos que antes, nunca habíamos comunicado, como por ejemplo, el triple añejamiento de 1796, el cual se puede encontrar en la parte de atrás del canister, explicando cómo es el proceso desde que se añejan los rones hasta 35 años, luego pasan por la solera en las barricas de roble americano y finalmente termina reposando el ron en un tonel de limousin francés hasta que está listo para envasar. También en la nueva etiqueta consigues el azul del canister que antes no estaba, el cual tiene una mayor presencia y permite ubicarlo con mayor facilidad en la parte de atrás de cualquier bar en el que esté la botella”, destacó.
Confiesa que la nueva imagen de Santa Teresa 1796 les hace pensar en la modernidad del producto por los colores y lo vivo que se siente la imagen, lo otro es poder mantener el linaje, la tradición y la historia de lo que han sido los 227 años de esta empresa venezolana.
Agrega López: “¿Por qué la historia? Porque la casa Santa Teresa, que es lo primero que te encuentras al llegar a la hacienda, la ves más resaltada, más grande, con muchísimos más detalles porque ahora en la tapa del canister consigues frases como “Pasión con propósito” en los distintos idiomas en los que se comercializa y donde habla de lo que ha sido esta empresa manteniéndose arraigada a lo que hemos sido durante todos estos años”.
Destaca Bernardo López que cuando se hacen cambios en un producto que funciona, y que es el ron super premium más laureado del mundo e ícono de Venezuela, como lo es 1796, no quieres que el cambio deteriore la buena línea de construcción que tiene, pero también se entiende que si el cambio es favorable, lo que va a suceder es que va a crecer aún más, afirma que por eso ellos que no son diseñadores ni creativos tuvieron largas conversaciones hasta que finalmente consiguieron la agencia inglesa que con perfecta claridad diseñó este empaque con elementos como por ejemplo el del piso de la Hacienda Santa Teresa, agrega: “cuando tú entras a la bodega privada de la hacienda hay un piso muy antiguo con una roseta alrededor, entonces, la agencia propuso llevar esa roseta a la botella, el llevar el azul del canister a la etiqueta o al cuello de la botella, así fueron dando con las claves; por ejemplo, cuando hoy ves una botella de 1796, te encuentras una vista de la casa en un ángulo distinto, se ve de lado”. Sencillamente son elementos pequeños pero significativos, es así como hoy en día esta nueva imagen tiene el proceso productivo de triple añejamiento.
La nueva imagen expresa en cada trazo y color, el reflejo de la esencia de lo que es Ron Santa Teresa: una corporación con personas valientes, perseverantes, disciplinadas y asertivas, dispuestas a ser la vanguardia del ron nacional con calidad de exportación.
Enaltecer nuestro ron venezolano: Un sabor que cuenta historias y enamora el paladar
Hoy, más que nunca, entienden que el refrescamiento de imagen es una oportunidad para reafirmar sus valores humanos y conectar de manera más profunda con los consumidores de este producto. Con este nuevo aspecto, Santa Teresa 1976 se renueva para seguir siendo un faro de innovación y confianza, recordándonos que, aunque el camino pueda ser incierto, en equipo se puede construir un futuro brillante para esta prestigiosa bebida hecha en Venezuela.
Sin embargo, consideran que en Venezuela todavía hay un largo reto de educar al consumidor y de hacerle entender que los rones que se producen en el país tienen muchísimo más valor y reconocimiento que los whiskies que consumimos aquí, pero que por alguna pretensión en los últimos cuarenta años, el whisky ha sido visto como una bebida que refleja el anhelo por un estatus social entre los venezolanos, no obstante, cuando un viajero sale por Maiquetía y lleva un obsequio, no lleva whisky sino una botella de ron, porque es de lo mejor que se produce en Venezuela, aunque no necesariamente se comprenda la complejidad de lo que significa producir el ron y por eso es muy importante a través del canister ir educando sobre esa artesanía.
La idea macro en la que están trabajando y que viene a acompañar la nueva imagen de Santa Teresa 1796 es “sentirnos orgullosos por lo que hacemos, que nos sintamos orgullosos de que el mejor ron super premium más galardonado del mundo, reconocido por cada competición, se hace en Venezuela, con manos venezolanas y con la artesanía de maestros roneros, toneleros del país, trabajadores de Aragua, es decir, no se hace ni en París, ni en Milán, ni en Tokio, ni en Escocia, se hace aquí en Venezuela”, sentenció.
Finaliza exponiendo que este es un mensaje que “como venezolanos tenemos que creérnoslo y reconocerlo más, porque a veces estamos viendo hacia el exterior y no nos damos cuenta que afuera -como en Indonesia o cualquier otro país del mundo- Venezuela es el equivalente a un símbolo de producción de ron de altísima calidad, a cacao de clase superior, a beisbol de grandes ligas, entre otras categorías”.