No más menosprecio a los principios fundamentales de la libertad de prensa
Especial | Karla Ávila Morillo
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa es necesario darle un vistazo a este tema con foco en una época donde la independencia de los medios de comunicación recibe constantes ataques que pasan por la censura y en muchos casos terminan en un clímax de violencia, lo que el gremio no quiere que pase, es decir, el asesinato de periodistas por expresar sus opiniones o publicar denuncias.
Amnistía Internacional, capítulo Venezuela, en su Informe Anual 2021 – 2022 mostró que: “hubo malos tratos contra personas que criticaron al gobierno actual”, para ir al detalle que interesa en esta oportunidad, señalan que “según la ONG Espacio Público, entre enero y agosto de 2021 se registraron más de 292 ataques contra la prensa y periodistas, incluidos actos de hostigamiento e intimidación, detenciones arbitrarias, censura y ataques digitales”.
Por otra parte, explican en el mismo documento que La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) prohibió varios programas de radio, entre ellos el de “Punto de Corte Radio”, que era transmitido por las emisoras Radio Fe y Alegría 1390 AM y 105.7 FM el 3 de agosto de 2021.
Otro de los casos emblemáticos contra la libertad de prensa fue cuando un tribunal falló en contra del diario El Nacional, el cual recibió una multa equivalente a 13 millones de dólares estadounidenses tras perder un juicio por difamación en relación con un funcionario de un alto cargo gubernamental.
Mientras que en octubre de 2021, agentes de seguridad entraron a la vivienda familiar de Roberto Deniz, quien es licenciado en letras, periodista, jefe de redacción del portal web “Armando Info” y trabajó en el caso de los Panamá Papers; cabe destacar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había dictado medidas cautelares en favor de Roberto y sus familiares en el 2020.
Igualmente el comunicador Luis Carlos Díaz, luego de ser detenido por agentes de seguridad del Estado en el año 2019, siguió sometido a graves restricciones y procesamiento, por lo que fue considerado por Amnistía Internacional como un preso de conciencia, Erika Guevara Rosas, directora de esta organización para América, declaró que él había sido detenido “por su trabajo ampliamente respetado cubriendo las demandas de la gente de Venezuela para vivir dignamente” y por “denunciar la respuesta de las autoridades a la seria crisis de derechos humanos” en el país, por ello exigió su liberación inmediata e incondicional. Luego de casi veinticuatro horas de la detención, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó públicamente su preocupación por Luis Carlos Díaz.
No hay seguridad en ningún lugar
Es importante acotar que Venezuela no tiene la exclusividad en censura y limitaciones contra la libertad de prensa ya que actualmente en países como México y Ucrania, entre muchos otros, se están viendo crímenes contra quienes visibilizan las realidades de sus regiones.
Por ello, representantes de Naciones Unidas, la Comisión Africana de Derechos Humanos (CADH), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) expusieron en un comunicado que en el caso del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, “atacar, secuestrar, herir o matar periodistas son crímenes de guerra”, por lo que advierten a organizaciones internacionales y demandan detener los asesinatos y maltratos a profesionales de la prensa que están trabajando en la zona de guerra.
En cuanto a México, preocupa y alarma la gran cantidad de periodistas asesinados en los últimos meses, la cifra va en ascenso en lo que va del año 2022 superando los 07 liquidados en 2021, mientras que en el 2019 fueron 10 los reporteros asesinados, según datos de Reporteros Sin Fronteras. Asimismo indican que unos 150 periodistas han sido ultimados en México desde el año 2000, de acuerdo con la misma organización.
Peticiones globales
Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), propuso como asunto principal para este año el tema «El periodismo bajo el asedio digital», donde subraya las cuantiosas y nuevas amenazas digitales que afrontan los periodistas en todo el mundo, además exigen respuestas de todas las partes interesadas con posición de poder decidir al respecto.
Audrey Azoulay, quien funge Directora General de la UNESCO expresó: “Tanto en el contexto de la COVID-19 como durante las guerras y los conflictos, la información fiable es más que necesaria: es vital. Los periodistas desempeñan una función esencial al facilitar esa información, ya que analizan, investigan y difunden datos, de modo que la gente pueda tomar decisiones fundamentadas. El periodismo es, pues, un bien público que debemos defender y apoyar”.
Continúa aseverando en su discurso: “Sin embargo, a pesar de que las Naciones Unidas celebran ahora el décimo aniversario de su Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, que la UNESCO se enorgullece de dirigir, los periodistas se enfrentan a un entorno que evoluciona con rapidez”.
Señala que tal y como se indica en el último informe de la Unesco sobre las “Tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios”, más de cinco de cada seis personas en el mundo viven en países donde la libertad de prensa ha disminuido en los últimos cinco años. Y un dato más desalentador es saber que al menos unos 400 periodistas fueron asesinados durante el mismo periodo solo por cumplir con su trabajo.
Indica especial atención a lo siguiente: “Las tecnologías digitales están revolucionando aún más este panorama, pues han posibilitado intercambios de información sin precedentes, favoreciendo un periodismo sin fronteras. Ahora podemos ver lo que ocurre en cualquier lugar del mundo en cualquier momento”.
Sin embargo, estas circunstancias llevan a vivir nuevos retos, como lo es la aparición de plataformas en línea que han puesto en entredicho la viabilidad económica de los medios de comunicaciones independientes, afectando drásticamente las cadenas de valor y modelos de negocios existentes.
Otro punto importante, expresado por la directora Azoulay es que: “Además, la era digital aumenta el riesgo de que los profesionales de los medios de comunicación y sus fuentes se conviertan en blanco siendo objeto de acoso y ataques, por ejemplo, debido a la conservación de datos, los programas espía y la vigilancia digital. Las expresiones de odio contra los periodistas se han disparado y han afectado especialmente a las mujeres periodistas. Nuestras investigaciones muestran que más de siete de cada diez reporteras encuestadas han sufrido violencia en línea”.
Dice también que se siente un estado de desasosiego ya que rara vez estas tecnologías se regulan de forma transparente y están sujetas a una obligación de rendición de cuentas, por lo que los autores de la violencia actúan con impunidad, frecuentemente sin dejar rastro.
Al respecto es enfática en decir que: “Se debe poner fin a esta situación. Los avances tecnológicos deben basarse en el respeto de la libertad, la privacidad y la seguridad de los periodistas. Las redes sociales deben esforzarse especialmente por combatir la desinformación y el discurso de odio generalizados, protegiendo al mismo tiempo la libertad de expresión”.
Venezuela desde las trincheras de los medios independientes
De vuelta a nuestro país, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) publicó un comunicado donde opina que: “el panorama noticioso nacional se ha oscurecido por el empobrecimiento de la oferta en temas y diversidad al momento de abordar la realidad política, sanitaria, social, ambiental, científica y económica en Venezuela, asimismo por el silenciamiento sistemático de las voces disidentes, ya sea por censura directa, la autocensura o por acción perniciosa de los cambios de línea editorial inducida por la criminalización de la verdad en los que se sacrifican noticieros independientes por cajas de resonancia de reportes progubernamentales o preferir áreas informativas anodinas como la farándula, el deporte, la gastronomía o la moda, entre otras”.
Aprovechan la oportunidad para llamar la atención a aquellos comunicadores en vísperas del día del periodista venezolano a “No aceptar de instituciones privadas o públicas “premios de periodismo” que no se apeguen a los estándares profesionales ni que no cuenten con el aval del CNP, pues dichos “reconocimientos” desde hace mucho tiempo se han utilizado inescrupulosamente como formas de soborno para beneficiar y promocionar puntos de vista ajenos al interés público, lo que está reñido con nuestra ética”.
Finalmente, exigen una vez más la liberación de colegas encarcelados, así como ciudadanos que han expresado su opinión públicamente y se les ha aplicado la llamada “Ley Contra el Odio”, por lo que reclaman respeto al trabajo profesional de la comunicación y la libertad de expresión de la ciudadanía que vive en un país con crisis humanitaria compleja.