El opositor al sandinismo Félix Maradiaga ve planteados en Nicaragua los dilemas “democracia versus dictadura y tiranía versus libertad”. Cree que la apertura del gobierno sandinista a países como Rusia, Irán, China y Corea del Norte es un llamado de atención a EEUU.
El ex precandidato presidencial de Nicaragua Félix Maradiaga, encarcelado por el gobierno de Daniel Ortega bajo acusaciones de “crimen organizado y financiamiento al terrorismo” y condenado a nueve años de prisión, pero luego liberado y desterrado a Estados Unidos en febrero de este año, considera que la oposición se encamina a una “vocería y una interlocución más colegiada”.
Maradiaga habló con la Voz de América en San José, Costa Rica, durante una visita al país centroamericano donde se reunió con distintos grupos de la oposición en el exilio que, como él dice, luchan por la democracia y la libertad del país centroamericano, la que no ve posible sin un papel más protagónico de la comunidad internacional y del trabajo de los mismos nicaragüenses.
El político y académico, que fue encarcelado junto a otros seis líderes opositores en 2021 -a los que las encuestas les daban posibilidades de disputar la casa de gobierno al mandatario nicaragüense Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo- bajo cargos de “traición a la patria y desestabilización”, entre otros. Al final, el matrimonio presidencial llegó a los comicios sin contrincantes y los líderes opositores fueron acusados y juzgados posteriormente en juicios condenatorios abreviados.
Maradiaga habló con la Voz de América en San José, Costa Rica, durante una visita al país centroamericano donde se reunió con distintos grupos de la oposición en el exilio que, como él dice, luchan por la democracia y la libertad del país centroamericano, la que no ve posible sin un papel más protagónico de la comunidad internacional y del trabajo de los mismos nicaragüenses.
El político y académico, que fue encarcelado junto a otros seis líderes opositores en 2021 -a los que las encuestas les daban posibilidades de disputar la casa de gobierno al mandatario nicaragüense Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo- bajo cargos de “traición a la patria y desestabilización”, entre otros. Al final, el matrimonio presidencial llegó a los comicios sin contrincantes y los líderes opositores fueron acusados y juzgados posteriormente en juicios condenatorios abreviados.
Maradiaga considera que las acciones de Estados Unidos y de la comunidad internacional podrían ser más robustas, sobre todo para cerrar los canales de financiamiento al gobierno, lo que ve como el talón de Aquiles del sandinismo. También cree que el mismo aparato creado bajo el manto de Ortega tiene fisuras que muestran un desgaste con la salida de funcionarios, “no en la escala que quisiéramos, pero eso demuestra un desgaste interno”.
Con las dificultades que plantea el exilio, unificar a una fragmentada oposición también plantea retos, -reconoce-, pero asegura que los bloques opositores nicaragüenses al final coinciden en las mismas demandas y “la misma visión de una Nicaragua con democracia y con libertad” por lo que seguirán trabajando en la estrategia “no violenta y de resistencia” para lograr el cambio en el país.