Si un niño comienza a manchar su ropa interior con heces, o si se para con las piernas cruzadas para hacer presión porque no quiere ir al baño a orinar o defecar, es un signo de alarma que debe ser atendido. El médico especialista fisiología de la defecación y rehabilitación de piso pélvico puede ayudarlo.
Una de las razones por las cuales los niños pueden presentar trastornos al evacuar, es porque no se les ofrece una adecuada enseñanza sobre la dinámica defecatoria y miccional, por tratar de imponer un aprendizaje rápido antes de tener total desarrollo neurológico para lograr oportunamente control de esfínter, una evacuación traumática dolorosa desencadena negación a la defecación. Por razones culturales, no estamos acostumbrados a plantear el tema, convirtiéndolo en un tabú a escala familiar y casi imposible de abordar dentro del sistema de aprendizaje escolar.
Así lo asegura la Dra. Yaycira Guillén, cirujano coloproctóloga especialista en rehabilitación de piso pélvico y fisiología de la defecación. Afirma que, pasados los cuatro años de edad, los niños ya no deberían mojarse con orina y menos aún manchar su ropa interior con heces. “Si esto pasa, es importante evaluarlos. Son niños que requieren rehabilitación o reeducación para la defecación”, advierte.
Señala la especialista que, en líneas generales, los niños tienen un piso pélvico hiperactivo o con presiones elevadas que contribuye a inhibir la evacuar oportuna. Agrega que, si llegan a tener un episodio traumático, como por ejemplo ruptura de ano por una defecación muy dura y dolorosa, su cerebro bloquea la dinámica natural de la defecación y puede pasar hasta más de cinco días sin ir al baño iniciándose las evacuaciones por rebosamiento. “Si ese niño no es rehabilitado, a futuro será un adulto constipado. Por eso es necesario educar a la población en general a través de la prevención.”
Ir al baño al menos 3 veces a la semana
Enfatiza la especialista que, si el niño no va a defecar al menos tres veces a la semana, debe verse como una situación anormal y es conveniente llevarlo a un gastro pediatra que sepa de fisiología de la defecación. “Si ve que el pequeño se para con las piernas cruzadas para hacer presión porque no quiere ir al baño a orinar o defecar, eso es un signo de alarma que debe ser atendido”, recomienda la coloproctóloga.
La Dra. Yaycira Guillén señala que en muchas ocasiones la modificación de los hábitos nutricionales del niño, incluyendo el consumo apropiado de agua es de gran ayuda, pero no siempre soluciona el trastorno defecatorio, por lo que es necesario llevarlo a rehabilitación.
“Al niño debe verlo un nutricionista, debe ingerir más agua, pero también debe tener una actividad física y no quedarse pegado al celular… Si a pesar de todos los cambios de hábito no mejora, debe comenzar el proceso de rehabilitación.”
Este proceso debe iniciarse precisamente al detectarse el problema, mientras más temprano mejor. Explica la doctora que los niños aprenden fácilmente a través de la retroalimentación positiva o biofeedback con juegos de video que induzcan a su relajación durante la terapia.
“Con ellos podemos usar neuromodulación, utilizamos energías como la diatermia, electroterapia, radiofrecuencia, y el biofeedback para enseñarles relajación”, dice la especialista. Agrega que la mayoría de los problemas miccionales y defecatorios en los niños son por hiperactividad en los músculos del piso pélvico, por lo que es importante enseñarles a relajarse, que aprendan los ciclos respiratorios, a contraer y dilatar los músculos del piso pélvico, a sentarse en el sanitario y cómo deben colocar sus piernas.
“En general, se les enseña cuáles son los ejercicios que deben hacer para liberar el diafragma. Los niños logran un aprendizaje más rápido que los adultos.”
La Dra. Yaycira Guillén tiene su consulta en el Instituto de Coloproctología y Piso Pélvico Latam, donde atiende además todo lo relacionado con enfermedades de colon, recto y ano, incontinencia y dolor pélvico, entre otras patologías.
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