Para la Coordinadora de Investigación de Una Ventana a la Libertad: “las mujeres en detención preventiva pasaron de representar el 4% de la población detenida en calabozos en 2016 al 9% del total de detenidos en 2022”
Según la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi, 2021) sólo el 33% de las mujeres en Venezuela tiene empleo. En el contexto de una sociedad azotada por los efectos de una emergencia humanitaria compleja que nos ha dejado un profundo daño antropológico y ha trastocado el destino de todos, la detención preventiva femenina en Venezuela es un fenómeno que también ha ido creciendo en los últimos años, como lo denota los informes anuales producidos por Una Ventana a la Libertad. Desesperadas por el colapso económico e hijos qué mantener, con ingresos bajos y provenientes de familias disfuncionales, la delincuencia femenina también se ha reinventado.
Aunque la participación de las mujeres como victimarias en la actividad criminal, continúe siendo marginal, respecto a la participación de los hombres, tal como se puede apreciar en el informe Violencia letal y no letal de Venezuela,https://observatoriodeviolencia.org.ve/wp-content/uploads/2022/11/REPORTE-SEMESTRAL-2022VF-1.pdf realizado durante el I semestre de 2022, por el Observatorio de la Violencia, hemos visto como mujeres de distintas edades dejaron de ser inofensivas para llegar a liderar hasta bandas criminales en la última década.
En 2014, salieron a relucir en el estado Zulia bandas como “Los Johnsons” o “Las Molineras”, protagonizadas por féminas que se dedicaban al robo de vehículos, atracos a mano armada, secuestros, venta de drogas, contrabando de dinero y otros delitos. En otros estados del país también se han encontrado hasta la fecha, otros casos. Recientemente, en marzo de 2023 el CICPC detuvo al grupo delictivo “Las Burrundangas”, integrada en su mayoría por mujeres sexagenarias que presuntamente drogaban con burrundanga a sus víctimas y las despojaban de sus pertenencias. Para tratar el tema mujeres, criminalidad y centros de detención, entrevistamos a la Dra. Magaly Huggins, Psicóloga social, Magister en Criminología, doctora en Estudios del Desarrollo y Coordinadora de Investigación de Una Ventana a la libertad.
Un cuarto de siglo de cambio cultural
-En el siglo XXI la mujer ha tomado socialmente una figura primordial como sujeto de derecho, deslastrándose de subordinaciones y discriminaciones de la figura masculina dominante que la limitaba culturalmente a la figura doméstica. ¿Por qué ahora hay mayor participación de las mujeres en hechos delictivos?
– Lo primero que hay que tener claro es que Venezuela está viviendo un cambio cultural. Tenemos 25 años de transformación de valores, de principios, de estilo de vida, de lo que considerábamos que era bueno y de lo que considerábamos que era malo, fundamentalmente. En un país donde la violencia simbólica, la corrupción, la falta de valores viene desde las altas cúpulas del gobierno, es lógico que todo el mundo reciba ese modelo. Recordemos que tuvimos mensajes como: “El que tenga hambre que robe”. Y eso se ha venido popularizando de una manera tal que ha permeado en todos los estratos de la sociedad.
En Venezuela robar, matar, traficar no es extraño. Si no puedo vivir de un sueldo como vivía antes, si no puedo vivir como la gente decente como vivía antes, por qué no puedo vivir como los demás que están arriba de mí. Si eso es válido para ellos, por qué no es válido para mi?… Eso es un cambio cultural y las mujeres ya representamos el 9% de las personas detenidas dentro de los Centros de Detención Preventiva o calabozos. Cuando nosotros comenzamos a monitorear estos recintos en 2016, las mujeres no superaban el 4%.
Las mujeres ahora somos profesionales, las mujeres ahora luchamos por los derechos políticos, , pero del otro lado de la moneda hay mujeres corruptas, hay mujeres militares que trafican igual que los hombres militares y hay mujeres delincuentes como hay hombres delincuentes. Eso de que las mujeres organicen una banda de mujeres es un fenómeno totalmente novedoso en la cultura venezolana. En la última década comenzaron a hacerse famosas las bandas de mujeres y empezaron a ser las mujeres las que iban en la parte trasera de la moto y robaban y apuntaban, mientras el motorizado era el delincuente. En el Valle había una banda, En Baruta había otra, en Mérida también. Eso no se había visto nunca. Esa dinámica es producto del cambio cultural. Eso no es gratis, es producto del Siglo XXI.
-Llama la atención la participación de las mujeres en el tráfico y abuso sexual de menores. El informe anual 2022 de UVAL indica que el abuso infantil entró en las cinco primeras causas de detención.
-Eso es interesante. Nosotros todavía no hemos podido tener datos de los perpetradores por sexo porque son difíciles de conseguir, pero leyendo la prensa han sido detenidas mujeres por ayudar con el abuso sexual de su hijo o con el abuso sexual de la niña. Eso te está hablando de una participación activa en ese tipo de delitos que antes no se veía. Al revés las mujeres eran las que terminaban denunciando al marido o al papá por haber abusado sexualmente de su hija, de su hermanita menor.
-Eso denota cómo se han ido destruyendo los valores de nuestra sociedad. La explotación sexual desplazó a la educación como vía de ascenso social.
-El tráfico de niños y adolescentes femeninas funciona como un gran negocio. Si te das cuenta de los procesos abiertos recientemente por el Ministerio Público, algunos de los altos funcionarios detenidos por la trama de corrupción, están involucrados en una red de prostitución al servicio de políticos y empresarios. También han sido arrestadas mujeres al servicio de toda una red de corrupción. Entonces te das cuenta que el quiebre de valores se da con la subida al poder de los que no tenían un valor cultural profundo. Eso se repite en la historia de los gobiernos autoritarios. Eso lo hizo Stalin, Hitler, eso lo han hecho todas las dictaduras. Te devalúan ética y moralmente…¿Dónde está la ciudadanía?… La ciudadanía no existe… Somos pueblo. Somos población. Por eso hay que acabar con la cultura, con la educación y por eso los calabozos están llenos, porque la gente recibe el mensaje, actúa, pero como son de la línea de abajo, los inferiores, el perraje como le decíamos en mi época juvenil, son los que van presos.
Alerta Venezuela, Alerta
– Desde 2016, Una Ventana a la Libertad destapó la crisis de los calabozos de todas las sedes policiales, producto del retraso en la asignación de cupos de traslados para cárceles, afecta a todas las sedes policiales sin excepción. ¿Cómo ve la evolución e impacto de la detención preventiva femenina?.
-En los informes que desarrollamos sobre el monitoreo de la situación de la detención preventiva a nivel nacional tenemos un capítulo que se llama Alerta, Venezuela, Alerta, con las informaciones –alertas- que nuestro equipo recoge a diario en todos los estados del país. Es importante destacar que el Alerta Venezuela, Alerta se refiere a que el problema de la detención preventiva es un problema de todos y de todas. Mantener injustamente a personas detenidas dentro de un CDP, en donde no deben permanecer más de 48 horas retenidas, y muchas tienen hasta más de tres años allá adentro, sufriendo lo que sufren y sin recibir la atención que legalmente deberían recibir, no es solo un problema de criminólogos y de organizaciones de la sociedad civil dedicadas a los niños y las niñas malas porque ese es el prejuicio que todos traemos culturalmente…¿Quiénes vamos a pagar las consecuencias cuando salgan de ahí esas mujeres cargadas de ira, cargadas de odio, violadas, abusados y abusadas por ellos mismos y por custodios?, ¿quién las va a pagar?… Pedro, Margarita, las señoras, las muchachas y los niños del barrio, las señoras del pueblo. Una Ventana a la Libertad tiene años diciendo que este problema es de todos y de todas.
Desde hace seis años el trabajo de UVAL ha sido meter el dedo en la llaga para que salga a flote la información que nadie quiere ver. Y eso lo hemos visto en la respuesta de los organismos internacionales. Por eso el gobierno le tiene rabia a las organizaciones no gubernamentales. Entonces cambiaron el nombre de calabozos por Centros de Detención Preventiva, pensaron que se acababa el problema y empeoró. Ese nombre internacionalmente fue asumido y la información que desde el año 2016 la Ventana viene dando sobre el estado de esos recintos, le hizo ver al estado venezolano, que en vez de ir resolviendo el problema del hacinamiento, bien sea en un área de mujeres o de hombres, fue incrementando de una forma tan acelerada que trajo las enfermedades, la corrupción, la extorción que es el pan nuestro de cada día.
Por ello hemos venido levantando la bandera del papel de la familia en la detención. En Venezuela el 60% de los hogares no tienen padre y nos toca monitorear cómo a las madres, a las mujeres e hijas en su mayoría, les toca conseguir la comida, pagar extorciones en dólares para que puedan pasar los alimentos, los medicamentos, el agua y mantener a los familiares bajo custodia del estado -que viven y son tratados como a un animal-. Cómo no se van a corromper los custodios si no tienen formación para tratar a un detenido. No saben lo que es género. Ven una mujer y se negocian entre ellos quién puede tener relaciones con ella. Eso lo saben todos. Eso sucede en las cárceles, eso sucede en los calabozos.
-Desde la creación del Ministerio para el Servicio Penitenciario éste ha estado a cargo de mujeres. Como feminista y especialista en el área, cuál es su apreciación.
-Me estás preguntando ¿por qué las mujeres se montaron en el caballito del poder?, ¿por qué las mujeres se corrompieron?… Porque esa es la onda cultural dominante en el país. Si tú quieres figurar ahora, tu no debes ser una mujer como son las mujeres que actúan con carácter en el momento que es necesario. No, tú tienes que demostrar que eres más macha que los machos. Porque si no te van a dejar surgir. Entonces, ¿qué pasa?… Yo soy más corrupta que el otro.
Las ministras del área que nos compete llegaron a hacer el show. La política de ejecución fue “no quiero nada con los CDP”, por eso los calabozos policiales se convirtieron en las nuevas cárceles. Ellas le dejaron el problema a los demás. Sin presupuesto para mantenimiento, sin presupuesto para comida, porque las policías no tienen presupuesto para eso, ni los gobiernos regionales ni los municipales. Entonces dejaron a los detenidos ahí. Vamos pal hueco, que se pudran y se fueron a negociar con los pranes, con lo peor que hay en las prisiones, porque hay prisiones que son la finca del centro de acción de delincuentes de alta envergadura, que los llaman Pran para que nadie sepa quiénes son. Eso no ayuda a construir un proceso de rescate de la sociedad venezolana. Alerta, eso está produciendo peor gente.
El proceso de reconstrucción va a ser muy difícil. Con medidas improvisadas, que en ciencias políticas llamamos gatopardianas, cambia todo para que nada cambie y falta de data transparente no se resuelve nada.
-¿Qué propone?
-Solamente con la formulación de políticas públicas a todo nivel, pero coherentes entre sí se pueden lograr cambios. Se requieren muy buenos equipos de gente formada. Que las políticas educativas sean coherentes con las políticas de prevención del delito y que las políticas de prevención del delito sean coherentes con las políticas de prevención del abuso de niños, niñas y adolescentes y el maltrato familiar. Si no hay coherencia y la escuela da un mensaje, y el ministerio de salud da otro mensaje y la gente de prisiones da otro mensaje y la gente de los cuerpos policiales y los calabozos da otro mensaje, entonces sálvese quien pueda y esto es lo que este país necesita y va a necesitar, pero con mucha urgencia, en lo viene del siglo 22. Necesitamos que hombres y mujeres estén juntos y decididos a sacar el país adelante. Yo no puedo aceptar el que los niños buenos somos los buenos y los niños malos son los malos, no. Porque nadie nace malo, nadie nace violento, se construyen así …
–Ya que está en el tapete el enfrentar de manera resuelta el flagelo de la corrupción, incluyendo la del sistema de justicia responsable del retardo procesal y de la violación de los derechos humanos de los detenidos y sus familiares por extensión, ¿qué propondría hacer?
-Primero meter los delitos de corrupción en la ley penal. Los delitos que afectan a las clases altas, a las clases en el poder están en leyes especiales, como truco histórico, para que no les caiga el estigma del código penal y de la ley penal. Yo lo primero que haría es tipificar delitos de ese calibre que matan a más personas que los homicidios. Van al código penal y van a recibir sanción penal y todo funcionario público que esté inmiscuido en un delito debe cumplir las mismas penas que cumple un ciudadano que comete un delito de ese tipo. Entonces si yo robo un banco o desfalco al estado somos dos criminales. Hay que acabar con esa fantasía que los cuellos blancos no son malos… no, no, son peores. Yo siempre lo digo, si tú tienes a una persona que mató a una persona debe cumplir su pena, su sanción, pero debe recibir todo el proceso de rehabilitación, de formación para estar seguro de que cuando salga de ahí no vaya a cometer el mismo delito u otro peor. Pero cuando yo desfalco al Ministerio de Salud, cuando yo me robo el dinero del Instituto del Seguro Social, yo estoy matando no a uno, estoy matando a muchos.
El desafío de reeducar
-Para luchar contra la corrupción, llámese del poder judicial o a cualquier nivel, la gente de a pie tiene que estar consciente de su impacto en todos los ámbitos de su vida.
-Hay que trabajar con la familia de lo detenidos, porque esa es la que va al barrio, es la que cuenta, es la que puede decir, concientizar, ayudar a transformar la realidad. Nosotros tenemos una cultura del malo y del bueno. Entonces cuando las muchachas o los muchachos salen de una prisión o de un CDP y llegan al barrio no los quieren en el barrio porque son los malos. Eso hay que ver cómo lo podemos romper. Nosotros tenemos un trabajo muy importante que nos indica que mucha de la gente que está en un CDP está desesperada porque la dejen salir de ahí, porque la falta cometida sea cual sea no es para estarse pudriendo ahí. Entonces es importantísimo que nosotros no le quitemos el impacto a la conducta de la persona detenida. Si una persona cometió un delito debe ser sancionada, pero el hacinamiento, y la acumulación dentro de los espacios que eran para oficinas y hoy en día son celdas no está en ninguna ley como sanción.
Hay que cumplir las leyes. Si las leyes dicen que en 48 horas yo debo saber si voy a ir preso, o me van a dar libertad condicional o me van a dar libertad plena, en 48 horas eso debe ser. Si no me van a dar la libertad, entonces me tienen que pasar para una prisión. Mientras la ley no se cumple hay más delitos, mientras las leyes se violenten hay más delincuentes. No importa quien la violente. Entonces si en vez de estar 48 horas me tienen tres años o más qué le puedes pedir tu a esa persona que está ahí. Y yo no digo que sea bueno. Puede estar ahí porque mató a dos o a tres, pero mi misión como funcionario público que trabajo en atención al delincuente no es hacerlo sentir cada día peor, para que salga peor o para que lo maten dentro de la prisión. Mi función es trabajar para que esa persona pueda salir de ahí, sea hombre o mujer en mejores condiciones y para menos riesgo para la sociedad porque eso es un baluarte: “Menos riesgo para la sociedad” y eso lo tiene que saberlo la sociedad. Todo lo que te hace sufrir, lo que te hace mal, está mal.
– Es un desafío reeducar, con programas de motivación que llenen las expectativas de los jóvenes detenidos o delincuentes para reinsertarse… en el sistema de educación formal, los muchachos se están saliendo porque sienten que no hay una educación pertinente acorde con los signos del tiempo y del contexto en el que vivimos.
– Hay que buscar gente especializada y formada en eso para lograr esos objetivos. No se puede improvisar. ¿Qué pasó con la Comisión presidencia para la reforma del poder judicial? Sacaron a un poco de gente que no llega al 50% y los mandaron para las prisiones porque lo que sacaron en libertad fue mínimo.
El retroceso en el sentido educativo ha sido tan grande que aquí hay que empezar de cero. Eso no significa que vamos a ser los niños buenos que vamos al cielo. Eso significa que hay que poner mano dura, pero con justicia. Rescatar el sentido literal de la palabra justicia. Antes cuando había problemas una podía levantar la voz, pero ahora corres riesgos si la levantas.
– La incidencia de la delincuencia en el sistema de justicia y en la alta política no la podemos pasar en alto. El Ministerio Público acaba de levantar cargos por la trama de la corrupción Judicial, donde aparece un alcalde y unos magistrados supuestamente involucrados con la banda de “El Conejo” y la del Tren de Aragua.
– Entonces la nueva ministra viene con un mandato presidencial: Ponga a funcionar la reforma y acabe con el hacinamiento. Eso no va a ser posible, porque para acabar con el hacinamiento tienes que organizar el debido proceso. Sin el debido proceso no se acaba el hacinamiento.
Si a mí no me dicen que yo soy un ser humano que tengo dignidad como me van a decir que me porte como un niño bueno de los que van al cielo. Nosotros tenemos una diáspora del hambre. Muchos de los muchachos y de las muchachas que no pueden escoger entre ser buenos o entrar a un calabozo están saliendo del país. Y están pasando hambre y están muriendo y están arrastrando a su familia en eso, pero no tienen otra electiva. Por otra parte, dicen algunos que la diáspora delictiva está regada ya por toda América latina y que ha llegado hasta Canadá, como el tren de Aragua y otras bandas. Ahora, ¿quién le ha puesto el cascabel al gato en Venezuela al Tren de Aragua?… Entonces, para que me quedo en este país si tengo 19 o 30 años, si yo puedo construir mi vida afuera y mandarle dinero a mi familia. Esa es la realidad del S XXI.
Contra la corriente
Magally Huggins nació en Caracas el 13 de octubre de 1949. Fue el embarazo n° 13 de su madre. Cuenta que su padre fue su primer maestro, a los 5 años la enseñó a leer, porque su sueño era tener hijos universitarios. Dice que la vida le cambió al entrar a la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1967, de donde egresó como Licenciada de Psicología en 1974. Gracias a una beca que obtuvo de la Fundación Mariscal de Ayacucho, se fue en 1981 a estudiar en la Universidad del Estado de California-Sacramento- donde culminó una maestría en Administración de Justicia Criminal, mención Criminología. En 1984 regresó a Venezuela con la convicción de servirle a su país y fue una de las fundadoras de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa AVESA, junto a Elisa Jiménez. Allí crearon el primer programa de atención a víctimas de violación, que posteriormente pasó a ser parte de la Cátedra de Criminología de la Facultad de Derecho de la UCV.
En 1987 forma parte de la la Escuela de Trabajo Social de la UCV y en 1994 se incorpora al cuerpo de investigadores del Centro de Desarrollo CENDES-UCV, como doctora en Estudios del Desarrollo, siempre con el tema de Género, violencia y construcción de ciudadanía. La docencia la ejercía en el Postgrado de Psiquiatría de Psicología Clínica del Hospital Psiquiátrico de Caracas.
Como apasionada de la defensa de los derechos de la mujer, le brindó asesoría de género a la Dra. María Urbaneja. Ha subido mucho cerro para llevarle la lectura de género a las mujeres. También llevó bastante golpe cuando los círculos femeninos pasaron al gobierno. Le apasiona el trabajo comunitario y recuerda el día que la trataron como una amiga las lideresas del barrio “El Petróleo de la Vega”. “Cuando llegue el marido de una de sus líderes, María Helena, le dijo: “Apúrate que llegó Magally… y al ver a ese hombre emocionado por el trabajo de género que hacíamos, yo me decía cómo puede crecer un hombre con la ayuda de una mujer”.
Tiene una larga experiencia del nado en contra de la corriente en la lucha histórica de las mujeres venezolanas por sus reivindicaciones y para generar cambios, debido a su aguda “memoria olfativa”. Vive como quiere, exuda coquetería. Se expresa sin pepitas en la lengua: “Una feminista no tiene por qué no ser femenina. Lo que si no perdona es tener que estar con las tetas al aire”.
Con información de UVL